Desprendida de su piel
la aurora llega
como preludio del día
hundido,
en las hojas del tiempo.
Tiene sed de labios nuevos,
de enigmas y misterios intactos
en el pentagrama de la noche.
Estaba la luna menguante.
Miraba.
Miraba con los párpados de su viento
la desnudez del camino
y las bocas entreabiertas.
-Nadie la esperaba-
Apacible y eterna
clavó su espada, dos veces,
en los cuerpos de sangre herida.
Derramó la lluvia de todo lo vivido.
Llegó con paso tranquilo.
Nadie la esperaba.
Mónica López Bordón
*Cuadro: “Rostros de luz”. Miguel Menassa
*El título del poema es un verso de Federico García Lorca del poema “La aurora” (Poeta en Nueva York)
3 comentarios:
Deslizas la mirada de la aurora, tan especial, a lo largo del poema. Suavemente, como la propia luz que amanece.
Un beso,
laura
Me alegra leerte Mónica
un abrazo para ti
.
Emotivo, elocuente por si mismo.
Un placer leerte.
Un abrazo.
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