La punta de este lápiz es azul de acero dejando un resquicio para la oscura mina, que a cada palabra, a cada letra escrita se agota, tan verdad como la vida a cada beso.
Me gusta. Cada letra es un paso más hacia la muerte del lápiz y un lastre menos en el alma del poeta que, irremediablemente, también camina hacia su propia muerte, construyéndose a sí mismo en el papel.
¡Lo siento! Me has hecho pensar demasiado...
Un beso para agotarme y... gracias por tus versos. Laura
6 comentarios:
Me gusta. Cada letra es un paso más hacia la muerte del lápiz y un lastre menos en el alma del poeta que, irremediablemente, también camina hacia su propia muerte, construyéndose a sí mismo en el papel.
¡Lo siento! Me has hecho pensar demasiado...
Un beso para agotarme y... gracias por tus versos.
Laura
Es curiosa la percepción de la punta del lápiz como de acero.
Sin un final...
Tal vez solo cuando el poeta deje de escribir.
Muy hermoso.
Un abrazo
Francisco Javier, cada letra es un caminar hacia el final de ese lápiz, que escribe los sentires del poeta.
Saludos
Qué bien que has usado la imagen del lápiz para retratar la vida y sus muertes.
Besoooooos!
Gracias, amigos y amigas.
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