Como un animal herido que blasfema
su río de agua estancada metida en los paréntesis
perdida entre los dientes una media sonrisa tragicómica
contra el tiempo de las pálidas clavículas inertes
yergue macilenta su carámbano de ausencia
pudre entre las flores asfixiante su lascivia
se desliza sigilosa en la noche subcutánea
amodorra letanías en los álamos
donde acicalan sus huesos famélicas
las larvas del olvido
la muerte no sabe de colores.
Mónica Angelino
7 comentarios:
La muerte no sabe de colores ni de condición social...
Muy bueno el poema, me gustó.
Un abrazo.
Gio.
Muy fuertes tus letras, se graban a fuego en la piedra.
Besitos
El final es la herida
que supura del poéma.
Increible Mónica¡¡¡
Un cuadro sin colores..ufff.
Besossssss
Excelente descripción. Gracias por tus versos. Volveré.
Gracias, Luisa por venir a mi casa y seguirme. Yo por mi parte volveré a visitarte pronto. Un abrazo.
Hola Mónica,
el poema lleva un ritmo vertiginoso para llegar a un final tan certero como la vida misma.
besos
Mónica
La aspereza hace visual al poema. Tanto, que recuerda a los lienzos del XVI o el XVII en los que sobre "fondo oscuro" (me salió sin querer) se retrata a la muerte.
De todas formas, yo sí se de colores: cuando veo el verde en Poetas de Hoy, me dan ganas de leer.
Un beso grande, Mónica.
Laura
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