miércoles, 16 de septiembre de 2009

HAY UNA NOCHE, UN TIEMPO HUECO, SIN TESTIGOS

Caen de los ojos lágrimas que se curvan en las mejillas,
llegan arqueadas por el viento de la noche
y las palabras susurradas sin testigos.

Esta vez escribir reconcilia sangre y versos,
aleja fantasmas y amanece. Amanecemos todos de nuevo,
despiertos, latiendo sin buscar nombres o instantes.

Ya habíamos paseado nuestras sombras con templanza,
habíamos arriesgado incluso la hermosura de una ola
besando los labios de sus rocas, hechos al aire.

El tiempo pasa y no pasa, tiene sus propias variaciones
dependiendo de la resurrección de los cuerpos y sus patrias.

Y en este pasar, mientras escribo, escucho a una bandada
de pájaros trinar, beso con los ojos entreabiertos
la pasión que se ha vuelto mirada.

Estamos cerca, cada vez más cerca de vencer las distancias
aunque sea en este minucioso y pequeño trozo de papel.


Mónica López Bordón
http://vivirparacontarlaconpoesia.blogspot.com

*Cuadro: "Mujer tumbada". Frederick Leighton

3 comentarios:

Mónica Angelino dijo...

Ya habíamos paseado nuestras sombras con templanza,
habíamos arriesgado incluso la hermosura de una ola
besando los labios de sus rocas, hechos al aire.

Hermosos versos Mónica.

Es cierto, el papel acorta las distancias.

Excelente tu participación en Universos diversos. Te felicito!!!

Besos.

Anónimo dijo...

Hermoso versos Mónica, ha sidpo maravilloso poder leerlos!

Besitos

Laura Gómez Recas dijo...

Es cálido como su significado. Prosaico como la vida, poético como lo que la endulza y la hace ser vida con mayúsculas.

Un abrazo, Mónica.
Laura