
Melancolía, 1892-1893.
Edvard Munch (1863 - 1944)
A voz en cuello
Hay que romper las bisagras del viento
apuñalar el aire si es preciso
elevarse por encima del metro
y sus centímetros
gritar que no
o que sí
a sangre llena gritar gritar
muévanse los cimientos de la duda
los revoques
hasta quedar afónica
que se parta la tierra que tiemble
la arteria inflamada de abismos
hay que gritar
que se haga mil pedazos tu nombre mil
nada quede
- ni el apellido -
no respire la noche
que haga implosión el liquen que duerme
en la humedad vertical de tu angostura
hay que gritar
sin miedo al angor de tus clavículas
atravesar los vidrios de la sombra
sacudirse con sus lunas las mareas
que estallen los bífidos volcanes de tu espina
hay que gritar
el silencio es cosa de la muerte.
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3 comentarios:
Mónica, tienes una fuerza en todos tus poemas que nos hace despertar, o al menos, pensar el porqué al "no".
Me gusta leerte.
Un beso
Magnífico Mónica. Preciso, verdadero, hermosamente construído, apasionado.
Un beso y mis felicitaciones
Es bellísimo Mónica.
Ña forma y el fondo.
El continente y el contenido.
Desde la fuerza del grito.
El último verso me ha gustado especialmente.
Creo que eso es el silencio.
Beso
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