jueves, 10 de mayo de 2018

En la playa

  Hoy estuve en la playa, y contemplé la mar. Mundo de otro mundo se me antoja teniéndolo tan cerca. Nos sumergimos en sus aguas gozando la ingravidez del cuerpo; desnudos nuestra piel se siente acariciada y asoma un atisbo de sensualidad que predispone. Centellea la luz del Sol sobre sus rizos, y en la noche, la Luna se refleja meciéndose en sus ondas y despierta románticos sabores en labios que se besan.
Haces de Luna, rayos de Sol. Espejo en el que las estrellas se miran. Mar en calma que seduce. Una barca, dos remos y un amor.
Todo eso, y más, me inspiran su contemplación. Pero hoy el mar no se presta a la poesía. Está bravo. Rompen con estrépito las olas en las peñas, las remontan, las cubren, y la espuma se eleva impetuosa pereciendo al viento que la sopla y la convierte en nube.
Observo sus bocas, una tras otra, desmedidas y cóncavas, que crecen y se abren como tenebrosas fauces ansiosas, mordiendo la playa y tragando su arena con la resaca.
Atronador rugido embravecido cuando vuelcan y se esparcen corriendo veloces hasta amenazar las dunas.
Y mar adentro, la galerna. Mar arbolada, montañosa, que atenaza el corazón del pescador. Se hunde la proa abriendo surco que tras la popa cierra, pero dolida quizá en su orgullo, barre la cubierta con sus aguas, parte el trinquete, quiebra la mesana y abate el palo mayor.
La bambolea –la mece, diría el poeta- más la levanta, la inclina, la escora, y en la lucha, hay veces que no perdona la insolencia del marino y amortaja con su manto frío.
Sepulcro igual de tenebroso a la luz del día que en la negra noche.
Pasará la tormenta, volverá la calma. Y en la playa, se verterá otro mar... de lágrimas, de alguien que recordará noches de Luna, lecho de arena, amor que bañó sus aguas y besos de labios que engulló el abismo.

Hoy... estuve en la playa. 

1 comentario:

María Susana Dall Occhio Pais dijo...

Bello bello!! Cuánto da el mar para escribir, para sentir o presentir. Un gusto leerte amigo, como siempre!