Ochenta y siete años sembrando estrellas, plantando luceros, dándole lustre a la palabra, él que se llamaba limpiabotas del verbo. Gnomo endecasílabo, pero diablillo gigantesco de nuestra poesía, como un duende socarrón, sabio y gruñoncete, sus versos son como la risa de un viejo cascarrabias, como las cerezas que de niños nos colgábamos de las orejas, su poesía, la poesía, como él decía, la poesía es como quien oye llover, y sus sílabas, sus poemas, siempre nacían contentos, risueños, cantarines como unas castañuelas de su tierra gaditana, donde Carlos Edmundo de Ory nació el 27 de abril de 1923. Como un pajarillo, ayer se marchó leve y tranquilamente al cielo desde su casa de Thezy-Glimont, un pueblecito al norte de Francia, donde dicen que los gorriones comían en su mano.
Sus versos saben como las frutas del Paraíso («Igual que el árbol da manzanas, yo doy poesía, es mi fruto», dejó dicho), como zafiros, como esmeraldas, porque también nos lo contaron sus palabras al oído: «La poesía es un vómito de piedras preciosas». Nunca juró bajo ninguna bandera porque el único estandarte al que rindió pleitesía fue el de la independencia, el de su airada rebeldía lírica, caballero andante de los de soneto en astillero, que tomó el camino de dos exilios (siempre fue juglar, nunca quiso ser bufón), el político y el literario, mediados los 50, cuando el postismo, aquel surrealismo a la tremenda que fundara con Eduardo Chicharro, Silvano Sernesi y Paco Nieva ya no daba más de sí, aunque dejaba a su paso una estela de encendido cometa poético de nuestra posguerra, aquel postismo que, desde «La Cerbatana» y «Postismo», las publicaciones del grupo, se clavó como un dardo en el trasero de la revista «Garcilaso».
Ismo va, ismo viene
Fue siempre vanguardista y subversivo, a su manera y cuando las vanguardias habían desaparecido de la faz de la tierra del arte y muchos las habían dado sepultura con poca pompa y menos circunstancia: «El único ismo practicado individualmente por el género humano es el egoísmo», lanzó a los cuatro vientos en uno de sus aerolitos, sus aforismos trufados de saber, ese saber ancestral de las criaturas del bosque, uno de sus territorios iluminados.
Lejos de España, De Ory se instala en París hasta 1968, año en que se traslada a Amiens. La efervescencia revolucionaria de aquellos días le lleva a crear el Taller de Poesía Abierta, un experimento de poesía colectiva que no es ajeno a los huracanes contraculturales de la época y al diluvio enloquecido de la Beat Generation. Para entonces, sus Aerolitos surcaban el firmamento de nuestra poesía como estrellas nada fugaces, mientras a este lado de los Pirineos se ninguneaba su voz, hasta que fue rescatada en una antología que le hizo justicia, «Las ínsulas extrañas», de Valente, Sánchez-Robayna, Varela y Milán. Desde entonces, 2002, casi fue poeta y profeta en su tierra. Fue nombrado hijo predilecto de Cádiz, recibió honores, y hace tres años depositaba su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, legado que se abrirá en 2022. Entonces, y sólo entonces, saldrán de él docenas de versos y docenas de mariposas, esos seres sobre los que nos dijo que no debemos insultarles llamándoles animales.
Por el camino, por el largo camino que hizo al andar y al cantar, dejó su verso humanísimo, sus burbujas poéticas, sus pompas de jabón líricas en más de veinte títulos.
Fue poeta del Cosmos («parto del ansia de infinito») y del microcosmos («Estoy sentado ahora en un café / y mi alma late late / de sed de no sé qué/ tal vez de chocolate»); de lo humano y lo divino («Mi poesía nace de la nostalgia y de la angustia y aspira a ser escuchada por Dios»), pero sobre todo del amor (« Ella es mi oráculo de besos...») y del dolor («Melancólica era mi novia melancólica, / y se iba a llorar en un rincón del mundo»), y de la fiesta («Estar contigo es un vocablo insólito»), de la asamblea («Te amo tanto que a Dios telefoneo»), de la algarabía de los cuerpos: «...vida enamorada / claveles que en dos bocas se rompen».
Cuidado, angelitos y angelotes, porque Carlos Edmundo ya está en el cielo lanzando aerolitos por doquier y os querrá descalabrar. Adiós poeta, me llevo tus versos en el bolsillo: «Mi patria es el aire que respiro».
Artículo firmado por MANUEL DE LA FUENTE / MADRID el 12/11/2010 publicado en http://www.abc.es/20101112/cultura/muere-carlos-edmundo-genio-20101112.html
Más artículos sobre Edmundo de Ory
"El poeta raro".
"Nada más universal que la estupidez"
Carlos Edmundo de Ory
(Cádiz 27-04-1923 - Thezy-Glimont (Fancia) 11-11-2010)
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01-11-2017
Reseña biográfica
Poeta y narrador español nacido en Cádiz en 1923.
Hijo del poeta modernista Eduardo de Ory, fue uno de los autores vanguardistas más singulares y revolucionarios del panorama español actual. Junto a Silvano Sernesi fundó en 1945 el Postismo, movimiento de avanzada, y desde entonces participó activamente en actividades surrealistas europeas. Fue también ensayista, epigramista y traductor. Su obra ignorada por mucho tiempo, ha cobrado gran valor desde 1973, siendo traducida a diferentes idiomas.
Desde 1953 viajó sucesivamente por Francia, Marruecos, Perú y Bruselas. Entre 1955 y 1967 fijó su residencia en París, y luego se trasladó definitivamente a Amiens como bibliotecario de la Maison de la Culture.
De su obra se destacan títulos como «Técnica y llanto», «La flauta prohibida», «Los sonetos», «Lee sin temor», «Poesía abierta», «Metanoia», «Aerolitos» y «Música de lobo», selección de poemas de 1941 a 2001.
Falleció en Amiens en noviembre de 2010.
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A ti la que me inspira obedezco y deseo...
A ti la que me inspira obedezco y deseo
a tu invisible huir y tu errante venir
hacia la honda cuna del ritmo tú me llamas
trayéndome la concha de la profundidad.
Son sin fin son sin fin los diluvios caídos
corazones que a tiempo probaron su fragancia
aquí están todavía las palabras perdidas
y yo compongo un verso de saber y perdón.
Amo a una mujer de larga cabellera...
Amo a una mujer de larga cabellera
como en un lago me hundo en su rostro suave
en su vientre mi frente boga con lentitud
palpo muerdo acaricio volúmenes sedosos
Registro cavidades me esponjo de su zumo
mujer pantano mío araña tenebrosa
laberinto infinito tambor palacio extraño
eres mi hermana única de olvido y abandono
tus pechos y tus nalgas de dobles montes gemelos
me brindan la blancura de paloma gigante
el amor que nos damos es de noche en la noche
en rotundas crudezas la cama nos reúne
se levantan columnas de olor y de respiros
Trituro masco sorbo me despeño
el deseo florece entre tumbas abiertas
tumbas de besos bocas o moluscos
estoy volando enfermo de venenos
reinando en tus membranas errante y enviciado
nada termina nada empieza todo es triunfo
de la ternura custodiada de silencio
El pensamiento ha huido de nosotros
Se juntan nuestras manos como piedras felices
Está la mente quieta como inmóvil palmípedo
las horas se derriten los minutos se agotan
no existe nada más que agonía y placer
Placer tu cara no habla sino que va a caballo
sobre un mundo de nubes en la cueva del ser
Somos mudos no estamos en la vida ridícula
Hemos llegado a ser terribles y divinos
Fabricantes secretos de miel en abundancia
Se oyen los gemidos de la carne incansable
En un instante oí la mitad de mi nombre
saliendo repentino e tus dientes unidos
En la luz puede ver la expresión de tu faz
que parecías otra mujer en aquel éxtasis
La oscuridad me pone furioso no te veo
No encuentro tu cabeza y no sé lo que toco
Cuatro manos se van con sus dueño dormidos
y lejos de ellas vagan también los cuatro pies
Ya no hay dueños no hay más que suspenso y vacío
El barco del placer encalla en alta mar
¿Dónde estás? ¿Dónde estoy? ¿Quién soy? ¿Quién eres?
Para siempre abandono este interrogatorio
Ebrio hechizado loco a las puertas del morbo
grandiosa la pasión espero el turno fálico
De nuevo en una habitación estamos juntos
Desnudos estupendos cómplices de la Muerte.
Cuadro de mi alma
Ata siempre que puedas la gran oscuridad
a esta pequeña luz de acuario. Y si resbala
moja tus labios de muriente oro
que un vasto astro cansa. ¿Qué más quieres
¡oh asomado! si medras entre manchas
hacia las gemas de los muertos?
¡Valgo más que en el limbo! Ladina luna,
sin excepción tu lumbre arde en mi espalda.
¿Qué otra mentira urde un fuego enhiesto
desde mis pies que lisonjea el mundo?
¿Y hasta dónde ese fuego amarillento?
Siga, siga la arena cansándome este vicio
de huir del instrumento de la mente.
No se detiene este sabor de antro.
¿Qué se han hecho los altos abuelos de la dicha?
Eternamente irradia un son de vida.
Me abandonan los hechos sobre el desierto pico
de una roca no exenta de materia. Felices
los sabios peces cerca de nosotros.
Sienta bien a mi alma el mar eterno.
¡Y tú no ves la actividad creciente de estas nube!
Entúrbianme los ojos las tristes lejanías.
Aquí estoy. Un vigoroso espíritu me invita.
La zozobra me impulsa a la quietud
y el orbe oscuro rehabilita mi ánimo.
¡Pasión, cruza los brazos! Está trtanquilo.
Los eminentes coros me rodean.
Un eje invicto mi presencia guía.
¡No te mueva ni aun la salvación!
De "Poemas"
Dame
Dame algo más que silencio o dulzura
Algo que tengas y no sepas
No quiero regalos exquisitos
Dame una piedra
No te quedes quieto mirándome
como si quisieras decirme
que hay demasiadas cosas mudas
debajo de lo que se dice
Dame algo lento y delgado
como un cuchillo por la espalda
Y si no tienes nada que darme
¡dame todo lo que te falta!
Denise
Cuando pongo mis manos de metal
mis manos primitivas sin destreza
en tu pelo abundante donde empieza
tu cuerpo que respira amor mortal.
Cuando tocan mis dedos tu total
altura de los pies a la cabeza
sin que me tiemble el pulso, amo la pieza
maravillosa de tu ser camal.
Y entonces de quietud y roce puro
tu mirada me vence, llena de aguas
y tu silencio femenino me arde.
De repente de acción me transfiguro
desciendo mi contacto a tus enaguas
y te desnudo y te amo y se hace tarde.
Descripción de mi esposa
Ella es mi escarabajo sagrado
Ella es mi cripta de amatista
Ella es mi ciudadela lacustre
Ella es mi palomar de silencio
Ella es mi tapia de jazmines
Ella es mi langosta de oro
Ella es mi kiosko de música
Ella es mi lecho de malaquita
Ella es mi medusa dorada
Ella es mi caracol de seda
Ella es mi cuarto de ranúnculos
Ella es mi topacio amarillo
ella es mi Anadiómena marina
Ella es mi Ageronia atlantis
Ella es mi puerta de oricalco
Ella es mi palanquín de hojas
Ella es mi postre de ciruelas
Ella es mi pentagrama de sangre
Ella es mi oráculo de besos
Ella es mi estrella boreal.
Dulzura colosal
Dulce mi miel de besos siemprevivos
Alma de almíbar y manosusurros
Te amoro terriblesco de gozo fugitivo
Todo se acaba y somos melarquía
Nos amamos nos manos nos imamos
Másmás en la lactancia ambrosíaca
drogadictos de mostos suculentos
Seres labiales ningún otro opio
no nos satisfará la boca calda
De "Miserable ternura"
El mundo es viejo danza vieja...
El mundo es viejo danza vieja
y el fiero pecador de alma y cabellos
puro entiende la noche
Todas las aves cantan
secretas en la antigua lejanía
Flores blancas y rojas
Separado del hombre el amor
Las celestes columnas
como un sublime aroma
como un tesoro purifica
la enconada mejilla
La rama oscila solitaria
Remos áureos magníficos
furtivos frutos son las nubes
Desde años hace no conozco nada
fuera del mundo huellas deposito
sin dejar rastro nuevas
embisten las guadañas
Y me limito herido por el ocio
hundir mis miembros
en el espacio y en la llama.
En un café
He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste más triste que un tintero
Triste no soy o si lo soy no sé
la maldita razón porque no quiero
He vuelto ahora sin saber por qué
a estar triste en las calles de mi raza
He vuelto a estar más triste que un quinqué
más triste que una taza
Estoy sentado ahora en un café
y mi alma late late
de sed de no sé qué
tal vez de chocolate
No quiero esta tristeza medular
que nos da un golpe traidor en una tarde
Pide cerveza y basta de pensar
El cerebro está oscuro cuando arde.
Ensedada en mis besos lagartijas...
Ensedada en mis besos lagartijas
te oigo mugir mujer
Acostados estamos en la cama
del hospital de la dulzura
Gangrenado de amor
chupo tu joya.
Eros tremendum
En la noche del sexo busco luz
y encuentro más y más oscuridad
mi cuerpo es sacro y sacrifica edad
sin tiempo sobre el tuyo cruz con cruz.
Subo y bajo y gravito mi testuz
cae sobre el muro de tu atroz ciudad
sin puertas donde al fin me da mitad
de entrada a la tiniebla un tragaluz.
Mantel mi espalda cubre los manjares
mis brazos y mis piernas son a pares
con los tuyos en forma de escorpión.
Las dos manzanas mi contacto deja
y duerme como un vaso en la bandeja
de tu vientre mi enorme corazón.
Escribir con una espada
Acariciar sin tener manos.
Encontrar pedazos de luna en los bolsillos.
Comprar una playa con gritos.
Ir al infierno a ver un amigo.
Enviar una mano a su amada.
Estar contigo es un vocablo insólito...
Estar contigo es un vocablo insólito
y el día que se rompa en pedacitos
el enorme silencio del olvido
será un eco anacrónico en mis noches
Alejanado de tu hechura a tientas
repitiendo sintigo en mi destierro
ya no cultivaré la corteza uniforme
de una estrella en la punta de mis dedos
Eres tan espantosamente joven
que estar contigo es un regalo loco
De "Miserable ternura"
Hipérbole del amoroso
Te amo tanto que duermo con los ojos abiertos.
Te amo tanto que hablo con los árboles.
Te amo tanto que como ruiseñores.
Te amo tanto que lloro joyas de oro.
Te amo tanto que mi alma tiene trenzas.
Te amo tanto que me olvido del mar.
Te amo tanto que las arañas me sonríen.
Te amo tanto que soy una jirafa.
Te amo tanto que a Dios telefoneo.
Te amo tanto que acabo de nacer.
Hypocite lecteur
Abre hermano la puerta de este libro
alza la tapa de este baúl
que tienes cerca de tu mano morfinómana.
Suspira con educación
quita la mano de la oreja
lee despacio mi alud de cuentos de hadas
que has abierto un baúl de hechicería.
Respira en la pocilga de mi música
los violines en polvo
llora conmigo al recitar mis penas
mis cadenas mis venas mis antenas
mis pañuelos planchados con mis pies
y sabrás por qué soy el poeta sin sueldo
dejado en la frontera con una lavativa.
Invierno
Sólo se oye la lluvia
Cómo besa
Con sus bocas sedientas
Los ojos de la tierra
¡Sólo se oye la lluvia
Como una extraña queja!
Silencio tú te mojas
De "Poemas"
Las cinco vocales de la recién nacida
A E(va) i/o u(va)
nacida como perla de una concha de mar
y/o in cellam vinariam del amor
hija de dos hijos hoja de cuatro ojos
la tercera viviente de empinada terraza
cerca del aire y cerca del calor
entre noches de estrellas y días de batallas
en medio de un binomio de ternuras nativas
durmiente terrenal acunada por ritmos
de versos y temblores y roces fraternales
has entrado en las palmas cálidas de unas manos
manantiales ¡te estoy viendo mamar!
Liras
Lo delicado bala
continuamente dulce sin sentido
con la expresión de ala
por los aires metido
bala lo delicado del olvido
Ya se hace nube o ave
ya lía en el vacío su lamento
describiendo una suave
línea de movimiento
la oveja vieja maniata al viento
Un órgano celeste
en el silencio reina sin medida
un cielo chico es este
pabellón sin salida
donde laten las sombras de la vida
El inefable asilo
de la nada reprime la hermosura
que depende de un hilo
de la inmortal costura
para un vestido que tan poco dura
La fuelle luz opresa
de los dos ojos diurnos juega sola
los ojos en la mesa
blanquísima de la ola
del día que en sus párpados inmola
Crece una llama lenta
un prodigioso nombre débil cunde
y el eco se frecuenta
horrísono y se funde
en la llama que crece y que se hunde
Oh la ilusión el halo
divino de las cosas el humoso
cansancio el triste y malo
sueño furtivo el poso
lento que deja el peso del reposo
Madrid, 1945
Los amantes
Como estatuas de lluvia con los nervios azules
secretos en sus leyes de llaves que abren túneles
sucios de fuego y de cansancio reyes
han guardado sus gritos ya no más
Cada uno en el otro engacelados
de noches tiernas en atroz gimnasio
viven actos de baile horizontal
no caminan de noche ya no más
Se rigen de deseo y no se hablan
y no se escriben cartas nada dicen
juntos se alejan y huyen juntos juntos
Ojos y pies dos cuerpos negros llagan
fosforescentes olas animales
se ponen a dormir y ya no más.
Me vas a dejar triste otra vez como anoche...
Me vas a dejar triste otra vez como anoche
Y a ti te gusta estar pálida como anoche
El viento ulula ladran los perros como anoche
Ves que pongo en tu vientre mis manos como anoche
Hágase la locura dijo una voz anoche
Pero este viento no es el mismo que el de anoche
No preguntes ahora si el mundo empezó anoche
Esta noche nos traen los despojos de anoche
Pero se han puesto negras las estrellas de anoche
Sigue chillando el pájaro que entró en el cuarto anoche
Ya juegan como anoche gimiendo como anoche
las sombras que parecen bichos en agonía
Oda a una extraña muchacha
No huyas bajo álamos caricia inmantenida
No asumas en el aire tu incendio engacelado
No olvides o no huyas del imán de mi cuerpo
Hay un país que baja de tu voz somniforme
Hay un brillo de espadas en tus ojos topacios.
No sabes que te quiero mucho
que dentro de mi imberbe corazón te has movido
rápida voz extraña de muchacha rapaz
Líquenes de esperanza navegan por tu manto
Has abierto una ropa con silueta de loto
No sabes que te adoro con inocentes señas.
Responde común luz o escúchame mujer
dentro de mis espejos de belleza y deseo
Te has dormido inaudita sobre mi espalda muda
dulce dulcísima cara de criatura
y de sutiles pasos navegante.
Te quiero pero no huyas
No quites el tiempo de tu rodilla
No te turbes en lecho de infinito relumbre
Habla debes venir a decirme en qué piensas
La mujer se evapora con los labios cerrados
La mujer cuando ama es un vuelo en un sueño
No dejes en mis manos el gamo de tu sombra
Ama como era antaño la fuente de tus penas.
Olor de amor
Hueles de una manera diferente.
Amar es una forma de olor. El cuerpo impone
su presencia de aroma que subleva
esa selva, ese bosque
que somos.
No te veo.
No llego a tu contacto. Llegan flores
raras, deshechas, invisibles.
Certidumbre de ti en medio de la noche.
Un salvaje rosal es tu olor. Una
paloma es, y su vuelo recorre
hasta mí el aire. Una
profunda cabellera esparcida en el borde
de mi memoria.
Tu enredado aroma
entre mis dedos algo tuyo esconde.
Hasta mi llegas cada día hecha
olor enmarañado de azucenas y áloes.
Trasminas existencias. Te declaras
realidad amorosa que responde
a mi busca. Llamada
que su contestación en mi recoge.
Rastro exhalado, huella
reconocible, evanescente torre
de olorosa verdad. Humano aroma
de mujer junto al hombre.
Amar es una forma de olor. Llegas
fragante. Llego. Nos acoge
la onda que huele a vida enamorada,
a claveles que en dos bocas se rompen.
Poema escrito en el torso desnudo
Vamos juntos es admitido el tren de amor
El humo unido de los cigarrillos
Bendita sea nuestra trinitaria
Y mañana los tres campearemos
en no se sabe cuál rincón conocido
He conocido a un amigo con quien vivo
Es una pesadilla tocar su alma naque
Es un sueño agitado tenerlo cerca mente
porque tiene arrebatos de batracio
almanaque es su alma que registra locuras
su mente fría inventa incendios
Yo creador ella mi llave blanca
y el amigo es un pintor oculto
Vivo en su casa y ella viene a estar
Vemos caer la noche y no decimos nada
Yo vil creador con una musa al lado
y el otro trasgo hacemos tres
¿Qué harán de nosotros los demonios
cuando nos separemos algún día
dejando en su ataúd la juventud?
De "Poemas"
Serenata
Verdad que la mujer tiene siempre deseos
¡Oh rito infranqueable la mujer tiene brazos!
Con frecuencia la miro deseando comprenderla
cuando zumba el ataúd diurno del amor.
La corriente de sed se aplaca en sus dos pechos
La mujer con su costra de silencio se embarca
en una triste y lenta marejada de olvido
La noche es otra tumba que en su ser se coloca.
Con frecuencia la miro con frecuencia la toco
y sus ropas de llanto me despiertan la muerte
Y sus ropas de tela y sus telas de almíbar
me despiertan la vida me despiertan y duermen.
¡Oh cortina furiosa constante y enemiga!
No puedes ya volar sin un temblor debajo
Quiero apretar tus dedos melosos y algo turbios
Quiero besar sus besos y quiero estar tus noches.
Nos separa una vida de color del desierto
Nos espera una historia de sollozos y gozos
Ya me ves ya me oyes nos estamos amando
Nunca están separados los lejanos lejanos.
Los lejanos se encuentran y tus grandes suspiros
lloverán como ampos azules sobre el polvo
Odio los besos dados odio el ancla en los cuerpos
Porque espero la boca repitiendo tus labios.
Pero te veo plena de lujos misteriosos
Te cubre a ti una negra y transparente nube
No miras a esta clase de seres más que lejos
Mientras sola debates tu pálida locura.
Verdad que la mujer tiene siempre deseos
Mentira que me quieres oh reina de la dicha
Oh reina de la dicha oh misérrima madre
Oh misérrima dicha oh desolado imperio.
Solveig
I
Mi hija es una hoja de nieve
desde los pies a la cabeza
En Delfos se me dijo por la Pitia
que iba a ser mío un blondo bebé
y no un cachorro como engendro oscuro
Pues yo no soy ni perro ni elefante
sino animal con alas y sueño
animal que espera el mañana
y lava el mundo con la luna
que me cayó en la mano
El suelo de mi casa está limpio
como el cabello de mi esposa
Con ella subí a una torre
por las escalas de la luna
y a ti te dimos nombre
Nacer es ya un principio del fin
Y a ti te dimos nombre
II
Abuela de los pétalos
ya tiene un año de aire
habla canta y se divierte
y nos columpia el alma
Querube de abolengo eres
y eres vida día y noche
Cada pestañeo tuyo
es como un pez que crece
¿Quién soy yo que me prestan
los ángeles sus muñecas?
Plomo en los pies quiero ponerte
cuando me vaya al país natal
donde no hay rastro del polvo
para que no te corra sin mi ira
el huracán del mundo
III
Mi niña es tallo
la flor de la superación
Mi niña es levadura
Ella también es yema
y sobre todo llama o fuego del cielo
Nada temas padre cantor
ella es ella es lo que es
ángel continuo y de raíz
y carne desnuda de viento ligero
Dulce algodón visible y muscular
pirámide de molécula
que a la fuerza interviene y se sitúa
desde los brazos de su madre
-mi esposa llena de cucharas limpias-
en la úlcera del mundo
El mundo can que aúlla catástrofe
ciego en los arrecifes
cojo entre los escollos
la cola entre las piernas
IV
Nada temas Solveig pasa
la pluma de su mano por tu temblor paterno
Ese peso de lágrimas y de risa
llena el saco de nuestra vida
Ya trota y huella la tierra
Ya nos llama con su hato de sílabas
Ya su mímica vale la vida
Ya la vida vale su música
Ya sus gritos de gran ópera
sacuden los árboles del silencio
V
Oigo su voz sin nido todavía en la laringe armónica
Y tu madre se mete en la cocina
para inventar pasteles
Dios firme la paz sobre nuestras cabezas
y tú que no eres sino un relámpago
un relámpago en mis brazos
yerba humana crecida en el alba de oro
y viceversa alba de oro
crecida en la yerba humana
me has vuelto al reino invencible
de inocencia y bondad
VI
Ella es la piel de mi alma
como su madre es la carne
Toda ella es mía y ella es mi mitad
La otra mitad es de cosa mía
Entonces tiene que vivir
Estrella de pelo dorado
Pitiminí del universo
Luz de todas mis letanías
y de todas mis metáforas
Soneto para decir callando
Te contesto dormido como un hilo
lleno de material y crudo estruendo
para coser tu boca que comprendo
vomita viento y doloroso estilo
La vida es una lucha en un asilo
y el hombre es una cama abierta oyendo
el maldito ruido que está haciendo
la noche dentro de un gran cocodrilo
Me asomaré a tus ojos si me dejas
y luego meteré mis manos viejas
de tu boca por dentro y pienso a veces:
si sacaré de tu interior abejas
si sacaré sortijas o bandejas
tal vez bandejas sí mas llenas de heces.
Tres liras a Emilia
Los ojos que no uso
cuando dormido estoy, cuando dormido
de mi sueño difuso
un ojo tengo herido...
¡Los ojos que no uso me han crecido!
La frente sombreada
de una sombra interior adolorida,
ya no me queda nada
de frente ni de vida.
¡La frente sombreada está partida!
Mi mano no se mueve
y a cada dedo muerto sé que gano
una pizca de nieve,
de nieve de gusano
¡Mi mano no se mueve por tu mano!
Variación sobre un viejo tema
Eres ventana / niña / o sólo rosaleda
¡eres! y juegas en los arenales del tálamo
con añicos de júbilo / desnuda
y transparente en el crepúsculo
dejando adrede tus joyas en el anaquel
Ya no danzas más encendiendo tus brazos
ante tu espectador privado vigilante
Una columna de llamas en crescendo
se derrumba en onda luminosa y titila
como bujía que languidece y no se apaga
La noche nos convence al fin de comenzar
las caricias entrambos tras el trance candente
Algo ha ocurrido bajo el cambio de luces
También yo me moví con magistral misterio
hasta acercarme al centro del jardín
Lo arcaico de esta noble realidad
de este abismo dorado de abejas
Deberían venir a consultarnos sobre
cosas inverosímiles que ocurren aquí dentro
del precioso canasto de noche
doblemente repleto de besos y de grillos
extraordinariamente niquelado por la luna
Empecé a contar tus pestañas
matemáticamente absorbido en tu cara
amarillo de espíritu sin tocar tu quietud
toda la madrugada casi místico así
meditando el arcano de unos párpados puros
largo rato aún sin moverme hasta que
acudí lentamente a las rampas carnales
y comprendí el paisaje de una espalda
Oh ninfa tu belleza es un murmullo increíble
Ya toco el gran algodón / te toco
a sabiendas cámara de ternura
máquina santa de sangre y cabellera
regia muñeca viva impecable función
Ahora cierro los ojos para honrar los crujidos
y ver la oscuridad poblada de palomas
en un continuo nimbo las frentes y los pies
Bien hago en ser lealmente lento conmigo mismo
mientras lleno de hojas o caricias tu cuerpo
y retorno a tu cara solitaria de silencio
atroz también tus manos tienen enorme paz
Soy un viento mirándote dormir
bajo la disciplina de la felicidad
Entré en el terciopelo y frecuenté la urdimbre
y visité la fábrica salvaje de la miel
viviendo una experiencia de mutismo binario
atravesando largos corredores violetas
Y la respiración de colores / el sueño
con su casa sin puertas es una antigua casa
Azul muralla de cristal / regia muñeca viva
mojada de licor en esta noche egipcia.
1 comentario:
Sentí por haber-le sentido.
¡Poeta!
Gracias, Alonso. Era necesario.
Laura
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