Cuando me hablas
me quedo tan desnuda en mis venas
derribadas y cautivas en tu fuego
que le pongo acentos a la noche
silenciosa y sigilosa entre los lirios
de locas mujeres que aparecen,
en pequeños retazos,
cuando me hablas,
a orillas de mi vida,
entre el hechizo del mar
y el vértigo de alguna locura.
Me abandono a ese brillo
de algunas horas compartidas
que me dejaron tan despojada
en mi carne, conmigo,
tan en medio de una madrugada arrasada
donde hablaban los cuerpos y las leyes de la carne
tan violentas, tan palpitantes.
Latiendo en pulso
sigo mirando el resplandor,
esperando la Aurora con sosiego,
una palabra,
un brillo sobre la lejanía.
Mónica López Bordón
Cuadro: “Venus” de Pierre Henri Picou
4 comentarios:
Poner acentos a la noche.
Me encantan esas puntuaciones. A veces, las he empleado yo. Son especialmente densas, llenas de contenido.
Un beso, Mónica.
Laura
vaya vecina, que hermoso pasaje poético!
un abrazo
lidia-la escriba
imágenes que sugieren, que dejan paso a la recreación de los sentidos y a la lujuria de carne.
Hermoso texto Mónica.
te felicito
.
Muchas gracias a todos/as
Bss
Mónica
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