martes, 28 de abril de 2009

Jugando con la letra "D"



DESUNIÓN


La desilusionada duquesa desea
un daiquiri doble para el desayuno.
"El discurso disonante del duque
me duele y daña",
declara ella desazonada.

Un diabólico delirio demente descansa
despatarrado delante de la duquesa
sobre un diván duro y descolorido.

Un desconsuelo desesperado y desdichado
desata desequilibrios desatinados,
destruyendo por dentro a la descompuesta
y desatendida duquesa.

Descorazonada, decaída y desencantada
desea dormir y dormir
para disimular su debilidad descontrolada.

El disoluto y degenerado duque demanda
desdeñosamente diversión.
Sus dedos delicados y dadivosos no llevan
ni dalias ni dulces, sólo dinero.

Distraído disfruta discretamente
de dos doncellas dúctiles y deliciosas,
de dorsos dulces como damascos,
dadas deprisa a su disposición.

Descalzas y desnudas danzan ellas
desenredando sus dorados cabellos
dejando deliberadamente al descubierto
su debilidad (la de él).

Mientras despreocupadas le dan al díscolo déspota
su dosis de placer, el displicente y dominante
Don Juan desea ser su dueño del día.

0701_17.jpg Cool, Classy, Old Couch and Elegantly dressed woman image by Emperor777

La duquesa no debe decaer ni en depresiones
ni en dependencias demás. Y si tiene el decoro
no dudar más del dilatado y desagradable divorcio,
aunque le duela demasiado el desinterés
del destructor y desaprensivo duque.

Mientras la duquesa se da un duchazo,
decidida se dice a sí misma:
"¡No más diálogos despreciables!
¡No más destemplanazas!
¡No más dilemas ni dardos de dimes y diretes!
Desastrosos son los desaires y desagravios del duque.
Desde ahora deseo una vida digna
y ser dueña de mi destino."


Marisol Cragg de Mark

2 comentarios:

Dean dijo...

Vaya que te has lucido Marisol, enhorabuena por esa habilidad mental y esa finura de términos.

Leni dijo...

jejeje.
Un juego para un divorcio.
Originál y divertido.

Un abrazo