jueves, 26 de febrero de 2009

La ventana que era

De tanto en tanto
el vidrio se empaña de nubes inmóviles.
Y la ventana
deja de ser esa abertura responsable
de la estratégica brisa
que recorre una bahía sin invierno.

O esa impermeable sencillez
que enmudece alrededores
ajenos e inmediatos.

O simplemente
deja de ser ventana.

Es, entretanto,
una memoria sin luna,
una profundidad sin abismo,
una fe sin tal vez.

Sólo nubes inmóviles,
grises de frío, vidriadas,
escuálidas guerreras sin espada
con ojos asesinos
mirando
de lleno la ausencia.

A vos, que estás en otro sur
tan cerca del mío.
Que no conocés mis ahora
y no sabrás por omisión
mi ojalá.
Que te sabe dulce
tu próximo sueño,
que te sueñan próxima
mis ojos abiertos.

A vos, te miran,
hiriéndote otra vez
de ausencia.

Yo quiero que vuelva a ser ventana
esta ventana que era.
Pero de tanto en tanto
el vidrio se empaña de nubes inmóviles.

Deja de ser un te quiero
para nublarse de te quise.


www.deltiempoyotrasmuertes.blogspot.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El ayer y el hoy en un mismo compás
Mezclándose cual licores
En la misma copa de cristal.
Gracias.
Un beso.

Christian Cejas dijo...

Gracias a vos Angeles por leer.
Un abrazo.
Christian.