lunes, 30 de abril de 2012

Poeta grafitero

Caerán, antes o después,

más tarde o más temprano

caerán los muros

de esta esclavitud silenciosa

con que con bota de impuestos y copagos

nos pisa el Déspota gaviotero.


Cayeron los muros de Troya

la música abatió los de Jericó

cayeron los de Sagunto ante Roma

y, los de ésta, gloriosa y triunfante en legiones

cayeron dos veces: en Occidente y en Oriente.


Caerán, más tarde o más temprano,

por el trazo de la poesía,

por el grafito en el muro,

por acción del último poeta

desafecto a cualquier régimen

que pise al Pueblo con bota de impuestos,

creyendo que su hierro es más fuerte

que un verso pintado en el muro.


Soy poeta grafitero, el último ácrata

siempre pendiente de la furtiva linterna, de los

focos de un coche inesperado, de la

ronda nocturna, de la vigilancia

de cámaras, de los vecinos de cualquier asociación,

de los vigilantes, pero salgo a escribir

en el muro del Déspota.


Soy poeta grafitero,

la madrugada recorriendo

junto a las sombras

de un muro levantado de guano

y escribo, efímero verso sobre excreciones

poesía del silencio, de la huida

sabiéndola que abatirá las murallas

como la música las de Jericó.


Caerá, todos los muros de la historia cayeron

y el del Déspota será uno más

de los miles de tapias de las lamentaciones.


© Francisco Javier Illán Vivas

19 de abril de 2012