martes, 15 de noviembre de 2011

Sueño XXXIV

Hay días donde todas las verdades del hombre, aúllan sin piedad en mi mente y sólo me dejan un despertar vencido por la fuerza de su mensaje.


Ni tan sólo un ruido al marcharte
sólo un atrás en adelante
como quien nadara sin corriente,
huecos intentos de una orilla a otra
eres otro que jamás alcanzaré.

Despierto lentamente
en este laberinto donde un para siempre nos dejó sin frutos.
No sé decirte,
cuales ramas de mis huesos se han secado
cómo me podré ayudar,
hacer ese gesto con simpleza
y no caer en ningún nuevo juego
seguir ardiendo de las ramas secas
y limpiarme los sentidos de estos ojos muertos.

Elena Conchello.

6 comentarios:

Alonso de Molina dijo...

Es un placer recibir tus letras apreciada Elena, se elevan de principio a fin, livianas y crecidas como ese ruido inexistente que con su silencio va tejiendo las ramas y los huesos para despertar los sentidos y aclarar eso que podríamos llamar alma.

Te mando un fuerte abrazo compañera, es un lujo tenerte cerca.

Anónimo dijo...

BELLAS LETRAS,PRECIOSO TRABAJO!


Y A MI PARA CUANDO ME INVITAN?
NO SOY POETA,PERO ESCRIBO
UN ABRAZO
LIDIA-LA ESCRIBA


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Mixha Zizek dijo...

Me gustó este poema, es fuerte y entro dentro al leerlo, besos

Elena Conchello dijo...

Gracias Alonso, contesto un poco tarde, me ha alegrado encontrarte aquí, seguimos conversando.

Un abrazo compañero.

Elena Conchello dijo...

Gracias por tu lectura Lidia, sólo tienes que escribir y publicar, con eso es suficiente.

Besos.

Elena Conchello dijo...

Mixha, gracias por dejarte llevar en el decir del poema, eso persigue...un abrazo.