Frío ( de mi poemario, soledades visibles )

El frío puede ser blanco,
perdido en la estepa
que inunda los cuerpos donde escapa la vida,
blanco, como el estío en el ocaso de la naturaleza
que borra el paisaje,
blanco, compañero inseparable de la piel desnuda.
El frío puede ser negro,
actual,
tapado por la manta de la vergüenza
mientras unos ojos son testigo de espanto,
negro, donde se ahoga la profundidad del océano,
el negro frío,
congela y pudre la ilusión de los últimos soñadores.
El frío puede ser rojo,
como el bramido asesino de las armas,
como el dedo asesino de Nerón
como el gas del genocidio judío
como la sangre de los inocentes.
El frío puede ser azul,
tapando las libertades y los derechos humanos,
como el maltrato a la mujer,
como la discriminación,
azul, gobernando un cielo de injusticias.
El frío puede ser gris,
como la droga, creencia de poder falso,
como la aureola de los grandes chamanes
como la moneda que nadie elimina,
como las lagrimas de las madres,
el frío gris,
paga la hipoteca del infierno
apoderándose del alma en el caos del cuerpo.
El frío,

José Manuel Acosta