jueves, 18 de noviembre de 2010

Muéstrame la lluvia, prima



La primera vez hubo luces en el cielo.

Doblegada en su abrazo
con tu abrazo de tierra,
origen y estallido de memorias contenidas
la colisión de infancias que desató tu presencia,
los abrazos perdidos,
las rotas cadenas del deseo cumplido.

En esa ráfaga que fue el primer encuentro
ambas os comíais con los ojos,
mientras os admirabais
alguna lágrima se derramó por fuera,
muchas otras
se desbordaron por dentro.


Un beso del sur que al fin
al norte asoma para mirarse en los espejos
y descifras los rostros del mismo yo desconocido;


transportadas al norte del sur,
entre el crisol de razas que conforman su esencia,
en ese mundo al revés de las estaciones,
paisajes de algodón se precipitaron
en entrañables imágenes
que inequívocas
se sucedían unas tras otras

-Muéstrame la lluvia, prima,
enséñame el color de la primavera,
el olor de la tierra seca del verano chaqueño
que una ínfima partícula de aquel barro
espera ser regresada besando la tierra
que un día, en el norte del sur, me dio la luz.


(Nacieron casi a la vez en el Chaco argentino, pero la vida dejó a una cerca del lugar de nacimiento, en BBAA, y a la otra la vida la hizo cruzar el charco con tan solo cinco años y un tarrode cristal con tierra patria. Treinta años despues por fin se volvieron a ver y parecía que siempre habían estado juntas, hasta se peinaban de la misma manera y físicamente se parecían, se parecen, mucho; ejem, alguna pequeña diferencia, una -la de BBAA- fuma como un camionero nervioso, la otra
 -la que cruzó el charco con arcilla bajo el brazo- odia el tobaco,  pero a su prima la deja fumar, aunque eso sí, en la terraza de casa).


(reposición del poema publicado en diciembre 2005)

©Alonso de Molina
Estación Sagrada 2ª Edición

1 comentario:

Mónica Angelino dijo...

Hermoso poema, Alonso, ese reencuentro de la sangre reconociéndose en los ojos.

Besossssssssss