- TATOO

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Si, yo también tengo un dragón con toda la lengua fuera, en el hombro derecho. En el derecho un dragón torcido, un dragón retorcido con toda la lengua retorcida y las uñas retorcidas. Tiene las escamas de tinta como todos los dragones asiáticos de los hombros. Y cara de mala hostia.

Me costó mis buenos diezmos y por eso me gusta enseñarlo. Me agrada ver los ojos desencajados de la gente cuando destapo mi torso dejándolo en libertad absoluta. Despavoridos y admirativos de mi posesión piden permiso para acariciármelo y yo gentilmente cedo a sus deseos, siempre.

En el brazo derecho también llevo una manga completa de decoración neo maorí, o seudo maorí, para abrigarme el invierno. Varios números identificativos en el codo izquierdo, que son claves personales que nunca recuerdo, passwords de los cojones. Y una cicatriz verdadera -lo juro- en el centro del pecho. Arma blanca , o plateada -no lo sé, no me dio tiempo a verla- Ahí quedó como una puerta suturada hacia mi enigmático interior. Una puerta cerrada hasta nueva ocasión.

Mi tatuador es un Da Vinci calcando estos lagartos aplastados. Siempre se lo digo. Y él enorgullece. Enorgullece cada día más y cobra [COBRA: no de reptil sino de extender la mano y recoger el dinero] cada día más.

Problemas:
El dragón cabrón usa los mismos horarios que yo. Y cuando yo duermo él retoza también en el silencio de la noche. Y cuando yo ronco él ronca diez veces más fuerte. Y ya os imagináis, tres tercios de todas las noches en vela haciéndole chac -chac -chac con la boca.
Quiero, con dolor de mi corazón, que mi tatuador haga que se esfume por donde vino y en su lugar coloque un bonito lepidóptero de esos, una puta mariposa, que simpre son más silenciosas, sigilosas ¡o yo qué sé cómo se dice!
Encima del pene también tengo una flor desangrándose -de las de mentira claro- Pero ésa ya es poesía privada. Otro día.




Víctor Vergara
http://www.poesiavictor.com/

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