domingo, 15 de noviembre de 2009

Las calles de Buenos Aires I (Edit Creadores Argentinos)

Las calles de Buenos Aires I

Así todos los días caminaba por la callecita Alsina, angosta y empedrada como todas en esta capital gris y adormecida , en un empinado andar que me conecta con otra vida.
Transversal a Paseo Colón parece encerrar en sus entrañas los avatares de la historia, manteniendo un halo de misterio en las construcciones de antaño que se han empecinado últimamente en conservar , dando muestras de un pasado que pretende no ser olvidado y que reclama vigencia, entre tanta edificación moderna y burocrática.

Sorteando los cráteres de las veredas , andaba pensativa, observando las construcciones : por un lado la opulencia de edificios públicos de estirpe y buen ingreso, donde el bronce y el dorado de las aberturas junto al mármol custodiados por policías con cara de seriedad incorruptible parecía incompatible con esta postal de miseria.

Por el otro el rostro de transeúntes que llevaban al jardín comunitario “Santa Clara” donde los chicos se los veía a algunos en condiciones de calle, pero con ansias de salir adelante , con una sonrisa sincera y muchas ganas de volver por un rato a ser niños.

Custodiados por las tres estatuas con alegóricas alusiones a la industria que sobre pedestales comparten la vereda los sin techo, personajes trotamundos que munidos de sus pertenencias adoptaron la recova como lugar de alojamiento, ya no se diría transitorio sino permanente. Es común verlos, alli en la llamada plazoleta San Francisco, en su gran mayoría hombres de mediana edad, curtidos por la vida más que por los años , conversando entre ellos sin siquiera molestar. No piden, no estorban, sólo están , sentados cual espectros grises con vida bajo las plantas o simplemente arropados con sus colchas .Eso sí hay uno que no está solo , lo acompaña su fiel compañero, un perro color café con leche, chiquito de ojos alegres.

Una de estas mañanas de tormenta copiosa de octubre , la lluvia mostraba a aquellos administrativos en su mayoría enfundado en su piloto y escondido en su paraguas como autómatas que se dirigían a su labor sin siquiera mirar a estos seres ignotos e ignorados por la mayoría que descansaban tapados sobre sus cabezas, escondiéndose de la realidad cotidiana , en sus improvisadas camas , tan sólo colchones sobre las veredas pulidas . Uno de ellos tenis por costumbre dejar fuera de su lecho improvisado , sus zapatos, en forma ordenada y paralela a su osamenta ,no vaya a ser que durmiera con el calzado puesto. Tenia en claro cuales eran las formas correctas de vivir y las buenas costumbres aunque hoy esté padeciendo el cachetazo de la vida. Su fiel compañero dormía a sus pies todo comprimido compartiendo el calor con su amo , brindándose afecto mutuamente.
Es común que grupo de gente de tercera edad se diria hoy , emplace bien temprano , alli sus puestos de venta de antigüedades ( ropa usada, accesorios, no mas que eso, que han salido de algún arcón viejo también ) y otros que imponen sus pinturas tematicas de tango , la ciudad, al óleo a acrílico en la búsqueda de unos pesos extras , captando la atención de algún caminante predispuesto.

Al frente la Iglesia antiquísima de San Francisco, bañada en esculturas propias de épocas jesuíticas pareciera demostrar que la mirada de Dios es oculta a la miseria , nada parece darle a estos hombres hijos pródigos suyos que parecen no ser invitados a entrar tras ese portal enrejado, tan sólo observa desde lo alto desde la cúspide , acompañándose por dos apóstoles, que pretenden marcar la distancia del poder desde las alturas.
-Era eso lo que Jesús pregonó en su doctrina Social? Acaso hoy no encuadraría dentro de un revolucionario socialista? Por que las ideas originales trasmutan perdiendo su origen, todo muta y se adapta a los lineamientos de un mercado voraz, tambien la religión , acaso es el opio de los pueblos como alguna vez lei. Esta gente no necesita del opio , ya vive anestesiada a la realidad circundante, el medio ya casi no interesa, llámese crack, paco, marihuana, alcohol o la nada misma, que es aun peor porque implica mutar en desesperanza viva, que es lo mismo que estar muerto en vida.- pensaba interiormente mientras seguia mi sendero.

A pocas cuadras otro templo se inserta en la manzana de las luces , la de Ignacio de Loyola , también en pleno proceso de reconstrucción , ya que de tanto tiempo esta totalmente resquebrajada y por respeto necesita ser maquillada como una dama a la espera de un glamoroso reconocimiento. Enfrentada a ella la librería de Avila , librería de época si las hay, la del colegio se diria, conserva y vende invalorables ejemplares que compiten con la literatura moderna , en muchos casos carente de sentido y tangibilidad espiritual como los escritos de antaño.


La pobreza pretendía , sigilosa , asomar , destacarse para ser vista no sólo observada cual lente fotografico , que tan solo retrata, frente a la soberbia del poder, a una cuadra de la gran casa Rosada, centro de decisión y cocina económica de politicas de Estado . A pocos metros de un Cabildo, transformado en su estructura por la irrupción de la modernidad , que cercenó su edificio pero no sus ideas; donde, en otros tiempos, seres con sentido de trascendencia de una patria naciente habían apostado a un cambio radical. Hoy simplemente se dirá una atracción turistica pero que enfrentado al gran Caserón , pareciera que su vigilia es permanente . Escondido atrás de la Pirámide , recordándole que el camino era otro. Una pirámide custodiada por pañuelos blancos, que invita a la memoria que no olvida.

Al fondo un implacable y soberbio Mitre mira con asombro sobre el pedestal indicando el camino hacia la plaza, tan altivo parece y adusto que no se percata que es presa fácil de las palomas que aunque inocentes recalan en su cabeza, cumpliendo el deseo de varios, sobre todo en días de protesta , dejando algún regalo natural sobre sus espaldas.
Todo convive , lo antiguo y lo moderno , absorbiendo los olores de una ciudad contaminada de smog, de ruidos permanentes. A pesar de ello si uno camina unas cuadras hacia el monumento de Mitre emplazado frente al INDEC y cambia de rumbos por diagonal Sur alcanza la cima, llega a plaza de mayo puede disfrutar de la paz que pregonan las palomas que miran azoradas las caras de transeúntes y extranjeros, la gente corres , se apura en los semáforos, vende a gritos, reclama con pancartas, bombos se asoman en son de protesta , escaramuzas y alguna carterista que aprovecha a desprevenidos.
y así seguí también hacia el trabajo, sin detenerme demasiado en nada, enfundada en mi piloto y con mi paraguas! Esperando que la ciudad despertase o al menos yo.

4 comentarios:

Fernando dijo...

Me gusta este relato porque refleja la realidad de tu paseo y tus dotes de observación. No creas que todo el que pasea es capaz de apreciar lo que ve. Los paseantes son en realidad pequeños autómatas que están procesando en su memoria las cosas que les preocupan sin ver lo que les rodea. Un cordial saludo a la maravillosa ciudad de Buenos Aires, que tuve la oportunidad de visitar una vez. Y te prometo que sí la miré con toda mi atención y mi asombro. Un saludo cordial.

perfecto herrera ramos dijo...

No conozco Buenos Aires, pero tu mirada me acerca a algo que tambien me es cotidiano. ¡Que poco vivimos nuestras ciudades!

Un saludo.

Alonso de Molina dijo...

leo con agrado este retrato que haces de BBAA, sus calles, su ambiente, su pulso, un paseo sugerente y agradable

gracias por compartirlo


.

Anónimo dijo...

Con estos relatos, te transportas a los sitios, sin lugar a dudas.
Qué ganas de visitar Argentina!
Saludos.