A Katie sus padres le habían enseñado que pidiera un deseo cada vez que viera pasar una estrella fugaz... Y ahora no faltaba mucho para que pasaran un promedio de cien estrellas fugaces por hora de la noche del miércoles 12 al jueves 13 de agosto. ¿Sería posible hacer realidad cien deseos? Katie prefería dormir para olvidar...
Sus padres murieron en un accidente de aviación hacía un par de años. Y desde que los perdió dejó de pedir deseos. Y mientras ella se encontraba en cama tratando de conciliar el sueño, su tía Carolina (hermana de su madre) le comentaba a su esposo que esperarían despiertos a "Las Perseidas" para pedir un solo deseo... y el de volver ver el rostro de su querida sobrina (ahora como hija adoptada) iluminado por una bella sonrisa... como antes.
6 comentarios:
:)
gracias por escribirlo
Muy bonito!
Saludos!
Precioso relato y es una hermosa tradición, pedir un deseo al ver una estrella fugaz
Besitos
Me encantó leer este cuento hermoso. Un abrazo para ti
un fuerte abrazo Marisol, gracias por compartir estrellas e ilusión
.
Las estrellas suelen cumplir
los deseos.
Creer y soñar.
Un beso Marisol.
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