lunes, 17 de agosto de 2009

El telescopio de Lucy

http://www.gwoltal.myfastmail.com/files/TelescopeEl día que Lucy cumplió doce años su padre (profesor de Física y Matemáticas en una universidad de su ciudad) le regaló un telescopio ya que a ella desde pequeña se interesaba por lo que pasaba allá arriba... Desde que Lucy aprendió a leer más le gustaban los libros de Astronomía que los cuentos para niños. Ella opinaba que como su madre le había leído tantos cuentos infantiles ya no tenía necesidad de limitarse sólo a esa lectura. Es así, como Lucy aprendió que la estrella más cercana a la Tierra, que se encuentra a sólo ciento cincuenta millones de kilómetros, es el Sol. Ella también sabía que la luz solar llega a la Tierra en ocho minutos.

Lucy también podía explicar claramente por qué a la luna se le ve siempre la misma cara (porque la gravedad de la Tierra ve frenada la velocidad de rotación de la luna) o qué provoca las auroras Boreal y Austral (se producen por la acción de las partículas de alta energía que llegan a la atmósfera provenientes del Sol y al acercarse a nuestro planeta estas partículas interaccionan con el campo magnético terrestre, el cual las canaliza hacia los polos magnéticos norte y sur). Y si alguien le preguntaba cuáles eran los telescopios más grandes del mundo, la respuesta de Lucy llegaba rápida y precisa: "Si bien los telescopios Kech I y II, ubicados en Mauna, Hawai son los más grandes del mundo, existen otros potentes telescopios que funcionan las veinticuatro horas del día en distintos puntos del planeta y observan el universo."

Mientras Lucy se dejaba explicar por su padre el funcionamiento de su telescopio, ella se maravillaba al pensar como desde hace cuatrocientos años que el ser humano impulsado por las ideas de Galileo Galilei había ido profundizando sus conocimientos en el área de la Astronomía. Sin lugar a dudas, el regalo que le había hecho su padre no había podido ser mejor... el universo y sus misterios los tendría a su alcance. Lucy abrazó a su padre agradecida y feliz de contar con su propio telescopio.

El padre de Lucy, antes de salir de la habitación de su hija, le dijo emocionado estas palabras: "Lucy, con el tiempo aprenderás que la magia no consiste en observar solamente los astros, sino también en observar el tuyo propio. Es más, nunca olvides que el universo no te pide ni credenciales ni títulos. Ni tampoco le interesa en saber si eres musulmana, judía o cristiana, si eres blanca o negra, si eres rica o pobre, o si eres culta o ignorante. Lo que realmente importa en la Astronomía es buscar el origen cósmico dejando de lado las fronteras, razas, culturas y religiones. Y ahora sí, mi niña, disfruta de tu telescopio y cúidalo mucho".

Lucy se tiró nuevamente a los brazos de su padre y lo llenó de besos. Adoraba a su padre porque sabía que sus palabras podían ser también las de su propia madre... quien desde hacía tres años vivía en una estrella. Quizás por este motivo, a Lucy le interesaba el universo, sobre todo, las estrellas... para sentirse así más cerca de su madre cuando estuviera a solas con su telescopio.

Marisol Cragg de Mark

¿Sabías que el 2009 es el Año de la Astronomía?



http://loscuentosdemarisol.blogspot.com




1 comentario:

Ramón María dijo...

Me encanta tu narración.


Agur un saludo.