sábado, 23 de mayo de 2009

Verso libre.

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Deja al verso libre
y no le cortes las alas
garras dientes ojos pelos corazón piel tiempo
humeante fuerza de vaginas y testículos
que marca el inextinguible viento
de matices cambiantes
en el infeccioso racimo de la tristeza

déjalo intacto
que respire que salte
que grite
que se transforme en lo más remoto y cercano
ante la inútil hermosura
del silencio




Gio. (Del poemario "Lenguaje Extraño")

http://gio-collazosc.blogspot.com

5 comentarios:

Leni dijo...

Si es libre.
(creo) Es mas poema.

La libertad ,como imagen de alas abiertas en el poema.
Me encantó.
Un abrazo

Emilio Ariza dijo...

La libertad abre la puerta a los recintos sagrados del verso y transforma el silencio en poesía, pedazo poema Gio , saludos

Mónica Angelino dijo...

Que grite y no se calle nunca!
!El verso libre!

Bien!!!

Álvaro Guijarro dijo...

La posibilidad de la libertad, decía Ortega, es posible por el hecho -paradójico- de que nuestra realidad es conmensurable, medible; sin esta 'limitación' todo sería pura indeterminación, toda acción estaría sujeta a la nada, lo que haría imposible valorarla.

En cierta manera, y ya viniendo al poema, el verso libre se convierte en eufemismo, en libertad medida, en animal que juega en una jaula que le da sentido. La diferencia se muestra en la distancia que elijas tener respecto a esa línea, preferiblemente lejana para algunos por carencia, preferiblemente cercana para otros por necesidad.

El verso libre debe tener un sentido más hondo que el vanguardismo suelto de segunda que hay ahora; más profundo que el hecho de que sirva para acercar a la poesía la prosa y desvirtuarlo todo como se está desvirtuando: el todo vale, el subjetivismo llevado al prisma de un halcón que otea. Al verso libre debe ampararlo el ritmo, la música, la sustantivación medida, la adjetivación acuática: un hilo que tiente y que siempre denote peligro.

No hacemos más que comer, y comer, estamos hambrientos; pero no quién se para y degusta, quién.

Alejandra Menassa dijo...

Viva la libertad poética, un abrazo Giovanni