SAUDADE
¿A qué me abro?, a ese aire imposible
en que te has convertido.
Carlos Drummond de Andrade
¿A qué me abro?, a ese aire imposible
en que te has convertido.
Carlos Drummond de Andrade
I
Todavía la luz humilla.
El pánico aguarda bajo las
palabras.
Sí, tu ausencia es una catástrofe.
Hago parte de los vencidos, de los
olvidados.
Y todavía mis ojos, audaces,
mimosos
como una mujer recién satisfecha,
traicionan al penitente de
la Catedral.
II
A mi pesar
habito una casa ocupada por hormigas.
Esos insectos jamás están solos,
jamás sin camino,
jamás sin una ración sobre su lomo.
Y quizá todavía la palabra me salve:
pronuncia mi nombre en la noche
¡pronúncialo!
y la efigie traslúcida del ahorcado
será una lámpara.
Derechos reservados
© Carlos Castillo Quintero
2 comentarios:
Quizá todavía la palabra me salve...
Me dejó pensando ese verso, dando vueltas como un trompo. Me gustó.
Besos
Hola Carlos.
La palabra ,a veces salva.
Más si es tu nombre el que se pronúncia.
Precioso poema ,con versos que te llevan de la mano.
El finál...muy bueno.
Un abrazo
Publicar un comentario