viernes, 3 de abril de 2009

los aullidos de un lobo que mordió los inciensos





Fueron cinco jornales, cinco
los que gasté por ti;

incendiado en tus carnes, un semen boquiabierto,
desde tus pechos a mis tajantes huesos,
como un río corrido de orquídeas
reavivaba los párpados pretendiendo el oxígeno.


Tu querías alfombras, volar en cada espasmo,
traspasar las imágenes de los velos y el tiempo
abriendo las campanas y las nubes.

Habitada en su aliento, la húmeda rosa
alimentó adjetivos en el henchido lagar
de unos besos pintados en los ilusos sándalos
de un amor pretendido y obtuso.


Yo te quería a ti,
tan solo te quería.

Se estancaban las horas en mi hambruna por ti.

La ambición de tu ombligo, sin medidos fragmentos,
insinuaba en tus muslos los secretos del pubis,
me ofrecías el fruto prohibido del Edén,
y en mis manos comías los huecos y las formas
para teñir cada veintiocho días
los aullidos de un lobo que mordió los inciensos:

los óvalos henchidos,
las colmadas columnas, el blancor de tu pecho,
el nácar de tu vientre;


a mí, que aprisionado al éxodo
había roto los hilvanados hilos
destruyendo el origen;

besarla sí, olfatearla,
fueron cinco jornales, cinco
los que gasté por ella.


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Historias de cualquier otoño

.

5 comentarios:

Alejandra Menassa dijo...

Brillante Alonso, salvaje erotismo lupino. Me encanta cuando te pones así.
Un beso

Mónica Angelino dijo...

Muy bueno! erotismo al palo, pura aceleración.

Un beso

Alonso de Molina dijo...

Gracias Alejandra por el comentario y dejarte encantar

un beso para ti

.

Alonso de Molina dijo...

Gracias Mónica por tu apreciación

beso para ti, amiga

.

Mariela dijo...

Realmente me ha gustado mucho leerte, eres agudo y profundo.
Recién me doy cuanta, como funcionan los mensajes.

Un beso

Ale