A pesar de los vientos contrarios que me azotan
de esta vaguedad del crepúsculo que me hiere
de esta atávica inercia de mis huesos
la humedad de este cuerpo en el que habito
esta osteoporosis del alma
mis glaciares de rosas des-hojadas
a lo largo de mis ríos turbulentos
de mis costas insondables
de los musgos
de las algas que vienen a morir en mi playa
más allá de la noche derrumbada
......................solo él
conoce mis remansos
mis orillas de peces de colores
mis lunas en el agua
mi fronda de verdes rielando en la noche
mis espigas de esmeralda
y mis ganas
...............y mis luchas
y este amor que se abraza a mis sentidos
.................inclinando la balanza.
Mónica angelino
6 comentarios:
El poema muestra las dos partes de la balanza. El final lo resuelve. Eee amor que siempre inclina la balanza...
Fenomenal.
Laura
Perdón por la metáfora culinaria, pero es delicioso, Mónica, realmente delicioso y muy marítimo. Me encantó
Un beso
a mi que me encantn las algas, el musgo... y lo que tu poema evoca huele a salitre ahh me encanta Mónica, me encanta... un beso
Por suerte, el amor inclina la balanza, siempre.
Gracias a las tres por sus comentarios. Qué increíble esto de estar tan lejos y tan cerca en la poesía.
Un beso
Me encanta como describiste los pesares,
y esa balanza, inclinada, al final de los finales.
Un respiro, este, tu poema, para un lunes por la mañana.
Y siempre, GRACIAS Y GRACIAS!
Precioso Mónica.
Una balanza de contraposición.
El amor.(como no es el que pondrá el equilibrio.
Todo vestido en el paisaje de tus palabras.
Precioso.
Besos
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