Ha vuelto a invadir mi mente
ese tábano negro
que corroe las entrañas.
Insecto maligno, devorador de ideas
despierta bajos instintos,
destruyendo con el poder
del miedo y la escarcha.
Paso la mano por mi frente,
intentando ahuyentar ese fantasma
que se agarra férreo a los rincones
y oquedades del cerebro.
Cómo duele tanta tristeza
que vacía el pensamiento,
a la espera de esa luz cegadora
que convierta en savia la tormenta.
Del libro La voz en la memoria de próxima aparición en Bubok
.
2 comentarios:
Estupendo poema. Sentimiento puro.
Un abrazo, Laura
La nube negra de la tristeza se hace carne en el poema.
Un beso Ricardo, excelente.
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