lunes, 2 de marzo de 2009

¿Cómo vas vestido para poder reconocerte?



Viernes 27 febrero 21:00h.
Tras un día especialmente duro, en un Vips cercano al Campo de las Naciones, comparto mesa con Pilar y Ramón, con Ramón además participo de media botella de Rioja que se deja beber. La tarde, tras la dura jornada envolvía el placentero entusiasmo que ofrecen los momentos de ocio. Justo en los postres, mientras estamos apurando un brownie suena el móvil. -Sí. ¿Quién eres? –Soy Laura, quería decirte que esta noche Jara Silberia presenta su libro en el Ateneo de Madrid, ¿Vas a venir? Disimulando mi confusión, exclamo –Laura!!! Que sorpresa, Tenía previsto acompañarte mañana al Café de Oriente, pero no me quiero perder la presentación de Silberia. –De acuerdo Alonso, dame un toque cuando llegues. –OK Laura eso haré, gracias por avisar.

La voz de las letras
Al finalizar la llamada, la voz de Laura seguía tintineando en mis oídos. Nunca hasta ahora la había escuchado hablar ni la conocía. Sentí un amago de emoción, había puesto voz a unas letras y en unos pocos minutos más podría además ponerle rostro ¿Qué más se podría esperar de una amistad surgida en Internet hace menos de un mes?

¿Cómo vas vestido para poder reconocerte?
Pero Madrid, no perdona a un provinciano con GPS, al llegar a la Carrera de San Jerónimo, el parking de la Plaza de las Cortes exhibe un luminoso “Completo” observo que algunos vehículos pacientemente hacen fila pero opto por enfilar la Calle del Prado en busca del número 21 donde según Laura está en Ateneo. La calle, estrecha y transitadísima, no muestra un hueco donde dejar el vehículo. No sin dificultad doy una vuelta a la manzana y al llegar de nuevo a la Plaza de las Cortes, frente al Congreso de los Diputados, suena otra vez el teléfono, esta vez con voz especialmente baja, casi un susurro -¿Dónde estás Alonso? -Lo siento Laura, me he liado y no tengo donde aparcar. –No te preocupes, quédate en la fila que poco a poco irá avanzando. –Ok. Te aviso, Laura. –Por cierto Alonso ¿Cómo vas vestido para poder reconocerte? –Ehhh, verás, me lleva mi mujer del brazo, lleva bufanda y yo una americana azul. –Nos vemos en la puerta del ateneo, porque esto ya está acabando, concluye.

El ateneo por fin
Al llegar caminando al número 21 de la estrecha calle, pregunto a la gente que está en la puerta y alguien me confirma que efectivamente estamos en el ateneo. Haciendo caso omiso a las instrucciones de Laura subo unos escalones y pregunto al conserje por la presentación del libro, con amabilidad me indica que en la tercera planta pero que la gente ya está saliendo. Subo a la planta por el ascensor. Quería sorprender a Laura. Cruzo un pasillo repleto de libros y a un remolino de gente pregunto: -¿Conocen a Laura?- Una señora me indica –Laura acaba de bajar a la calle. Bajamos la escalera y entrando desde la calle asoma una buena mujer de formal y buen aspecto que antes de darme tiempo a reaccionar me espeta a bocajarro: -¿Eres Alonso?. A esas alturas ya no podía negarlo, no tenía a mano un hoyo que me tragara.

Nos llevó Laura calle arriba buscando un sitio donde charlar. En un Lizarrán despuntaba una mesa libre que aunque pegada a la entrada no nos importó. Nunca nos habíamos visto antes. Nunca antes nos habíamos hablado por teléfono. Tan sólo nos habíamos leído algunos textos y acaso un par o tres de email. Pero eran las dos de la madrugada y en tres horas no nos habíamos movido de la mesa, pero sobre todo no habíamos parado de hablarnos.

Mañana, intentaré comentar la tertulia del Café de Oriente y el Lyric Storm que nos hicimos a la salida.

8 comentarios:

Laura Gómez Recas dijo...

Me he quedado perpleja. No esperaba encontrar un trocito de mi vida escrito sobre este blog. El título está muy bien. Me daba miedo que entraras en la sala de conferencias del Ateneo y no reconocerte, máxime cuando tenía guardadas dos butacas junto a mí. Una cita a ciegas, siempre es una cita a ciegas...

Alonso, yo hubiera podido estar charlando hasta las ocho de la mañana y... más. Eres inagotable, somos inagotables y Pilar puede dejar buena constancia de ello.

Espero la segunda entrega.
Besos.
Pdta: la fotografía muy, muy oportuna...

Laura

Leni dijo...

Tu fín de semana ha sido mucho mas interesante que el mío.
Beso

Alonso de Molina dijo...

Laura, Pilar todavía no se ha quitado los algodoncillos de las orejas... La verdad que sí, que hablas y hablas y hablas... pero me encanta escucharte amiga

un beso grande

Alonso de Molina dijo...

Leni, para otra vez te llamamos pero si eres tan habladora como nosotros habrá que alargar la madrugada vaya que sí

un beso y gracias por leer

.

Mónica Angelino dijo...

La poesía tiene esos gratos misterios donde reconocerse.
Mónica

Alejandra Menassa dijo...

Es cierto, nunca había pensado que por el ojo que asoma como por una mirilla en tu perfil, no debe ser fácil reconocerte.
Y el bello cuadro que es foto del perfil de Laura, tampoco pone las cosas fáciles para reconocerla a ella.
jeje... la palabra reconocerse se inventó para estas ocasiones: los poemas ya os habían hecho conocidos, ahora sois re-conocidos.

Alejandra Menassa dijo...

Alonso, se me olvidaba, recoge por favor tu premio en mi blog, ¿vale?
Besos

Anónimo dijo...

Es Grato el Hecho,de que uniéndose en primera instancia,las Almas,los designios del Destino,concedan que se puedan tropezar en vivo,más tarde las miradas.
Internet es el medio,sí
Más lo que prevalece al final,es la voluntad.
Me alegra saber,que momentos tan lindos,son realmente factibles.
Un beso.