miércoles, 18 de febrero de 2009

¿Quién creó el Tercer Ojo de la distancia?



Envuelto en las neblinas del hambre
el polvo seco de la ausencia
y mis máscaras como si un rostro fuera,
desdibujado y trémulo, sin cera virgen
que sellara los límites de mis nubes,
¿He dicho nubes?
¿Qué puedo a la sazón decir
del bordado de mis ojeras,
de mis apuntalados días,
de mi simpar indiferencia?


¿Y de ese gran torturador?
¿Qué puedo refrendar
de un impasible corazón que se empeña
en taponar las emociones?

Soy un ser harapiento alimentado de pereza.
De los vergeles, desprendidas las manzanas
se pudren en mis manos
y regresan solícitas
a la intimidad de los gusanos,

un pozo negro sin raíz ni origen
donde precipitar los pecados,
esconder la avaricia
y romper los cimientos
de la mediocridad;
la impedida gramática
que infame se derrumba
sobre los amuletos de mi suerte,
para hostigarme sin pretextos,
descarada y soez
como ceniza en blanco traje de novia

Y esa bestia feroz, hambrienta y miserable
¿Podrá ser regresada a la luz?

Y tras zarandear al sol entre delirios
¿Quién creó el Tercer Ojo de la distancia?

7 comentarios:

Alejandra Menassa dijo...

Qué poema complejo, Alonso. Los monstruos interiores se despliegan en el poema y buscan salir a la luz del día, hay un retorcimiento de los versos que señala algun subyacente retorcimiento del alma. Me gustan estos poemas que rozan el averno interior que nos habita. No sigo porque me estoy emocionando, ¿pero qué se puede esperar de mí si mi poema favorito de Baudelaire es "Una carroña"?.
Besos y aplausos

Leni dijo...

Todos debemos de hacer de vez en cuando un ejercicio de introspección.
Y al contrarío.
Mirarnos desde fuera hacía adentro y desde dentro hacía afuera.
En tu caso sacas todos tus fantasmas en este poema .
Con cierto sabor amargo .
Todos somos capaces de encontrar la luz.
¿Y la pregunta?.
Quizás nazca con cada uno de nosotros y esté desde siempre.
Es muy compleja.
Beso

Laura Gómez Recas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Laura Gómez Recas dijo...

Me ha gustado mucho. Como poema, te arrastra, según desciendes los escalones de los versos. Es un dejarse llevar hacia dentro, hacia el centro del que escribe.
El ejercicio de introspección es magnífico y nada fácil. Esa zona de oscuridad que nos habita... El primer paso, ser consciente de ello. El segundo, expresarlo, ser capaz de verbalizarlo. Y en el tercer paso es donde se demuestra la superación. Hay pocos capaces, llegados a este punto. Espero que seas uno de ellos.
Un abrazo
Laura

Alonso de Molina dijo...

Gracias Alejandra por tu aportación. Este es uno de los poemas que suelo regalárme justo un día antes de cada cumpleaños -ocurre cada enero- y bueno en mi defensa puedo alegar que no todo lo que se escribe es autobiográfico, pero que sí que todos nos podemos ver reflejados en poemas como este y mucho más en el que tu mencionas de Baudelaire, un descompuesto, en suma de la naturaleza humana.

otro beso para ti (tienes nota en tu poema anterior, prólogo y tal)

Alonso de Molina dijo...

Leni, me ha encantado tu observación sobre la posibilidad de luz, no perderemos pues la esperanza, la ilusión mucho menos

gracias por tu observación y un fuerte abrazo para ti

Alonso de Molina dijo...

gracias por tu buen ánimo y buenas palabras, gracias por esos escalones que enumeras y que son de verdad una referencia a tener en cuenta

te mando un fuerte abrazo Laura