Me surca el amor desde el costado sur
al costado norte de mi cuerpo,
me perfora con su lanza de tiempo acelerado.
Hace aguas en mí el barco del hastío,
todo difiere de mí y de las historias del pasado,
todo es revolucionariamente distinto cada vez.
Tu cuerpo es ese agujero en el espacio
por el que penetro al amor,
tu cuerpo es esa llave y ese abismo al que me arroja mi deseo,
quisiera entender,
y ahí se rompe la máquina de la duda en mil pedazos.
No hay nada que entender, hay algo en que tenderse:
tu mirada, horizonte en el que se pierden
las últimas esquirlas de pasión.
Me surca el deseo por archipiélagos ignotos,
pavesas del fuego del tiempo, donde arrojamos el pasado,
giran en torno de mi alma.
Hay que olvidar lo inolvidable, abrazarse a la yema nueva
que un día será árbol,
no llorar nunca: el amor no nos quiere con los ojos mojados.
No rendirse nunca. Guerreros de la noche,
exploradores del mundo inescrutable del deseo,
ardientes moradores del polvo: muertos futuros,
seguir viviendo, con la muerte pisando los talones,
seguir amando, que la muerte es el hueco del abrazo,
el aire entre las bocas, la distancia de las pieles,
El goce de separase esperando tan sólo el reencuentro.
Alejandra Menassa
http://alejandramenassa.blogspot.com/
al costado norte de mi cuerpo,
me perfora con su lanza de tiempo acelerado.
Hace aguas en mí el barco del hastío,
todo difiere de mí y de las historias del pasado,
todo es revolucionariamente distinto cada vez.
Tu cuerpo es ese agujero en el espacio
por el que penetro al amor,
tu cuerpo es esa llave y ese abismo al que me arroja mi deseo,
quisiera entender,
y ahí se rompe la máquina de la duda en mil pedazos.
No hay nada que entender, hay algo en que tenderse:
tu mirada, horizonte en el que se pierden
las últimas esquirlas de pasión.
Me surca el deseo por archipiélagos ignotos,
pavesas del fuego del tiempo, donde arrojamos el pasado,
giran en torno de mi alma.
Hay que olvidar lo inolvidable, abrazarse a la yema nueva
que un día será árbol,
no llorar nunca: el amor no nos quiere con los ojos mojados.
No rendirse nunca. Guerreros de la noche,
exploradores del mundo inescrutable del deseo,
ardientes moradores del polvo: muertos futuros,
seguir viviendo, con la muerte pisando los talones,
seguir amando, que la muerte es el hueco del abrazo,
el aire entre las bocas, la distancia de las pieles,
El goce de separase esperando tan sólo el reencuentro.
Alejandra Menassa
http://alejandramenassa.blogspot.com/
8 comentarios:
Querer terminar para comenzar ota vez.
Así te dejas surcar por el amor.Me encanta el último verso.
Muy bello Alejandra.
Un beso
Hola Leni. Gracias amiga poeta. Verso a verso, paso a paso...
Un abrazo
Como siempre, Alejandra, sorprendiendo siempre.
Mónica
Gracias Mónica.
Un abrazo
pues si, el último verso pone broche a un excelente poema que nos lleva, bien lo dice la autora, a rastras hacia el amor sin preguntas, sin dudas, sin titubeos, amor limpio, pletórico, amor en el hueco, en la nada, en el todo y volviendo a verso de cierre, me viene a la memoria una frase que escuché de Alejandro Sanz "la distancia no es el espacio que nos separa, la distancia es el no regreso".
Fuerte abrazo Alejandra
Amar sin preguntar
Sin dudar
Sin recelar de cuanto se siente
Sin cuestionar si se entiende
O no se comprende.
Acaso existe modo de Amar diferente?.
Al completo...
Me ha gustado todo el poema.
Un beso.
Gracias Alonso. Aquí la muerte vuelve a aparecer como puntuación, como compañera inevitable de la vida, como límite al amor, pero no como límite que lo acaba, sino que lo hace posible, la muerte como lo que separa a los amantes para permitir el reencuentro, no tiene nada que ver con morirse.
Gracias Mariangeles, amar es otro momento que el de preguntarse. Cuando me pregunto, en ese instante, no amo.
Un beso y gracias por tu comnetario
Publicar un comentario