domingo, 12 de octubre de 2008
Última ofrenda
Leal adormidera la carne, tibia luz
entre la negra flor del tiempo malherido
y el disoluto verde de un insaciable tallo
que abrazado a sus venas persiste con la sangre
en el seno indulgente de la madre que escoge
(como perfecta aya)
del sarmiento y la vid, los deseos y el semen
que la noche reclama.
Detenido en su origen mis pasos imprudentes
recrean los caminos de una mujer oscura
que alargando la sombra despojada a la noche
juega en su alma la suerte
de un hierático asido a sus pecados.
Desahuciada en sí
afronta con su aliento la levedad de
aquella ofrenda última
de tan desnudo cuerpo ofrecido a la carne,
su transparente ópalo ataviado de fuego;
promesa y juramento.
Apocado de ti, de tus flamantes hilos,
el tiempo ha insistido en los abismos,
sellando como estatua mis besos de plomo.
Libro de poemas Un humano cualquiera
Publicado por
Alonso de Molina
en
20:06
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Etiquetas:
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1 comentario:
Genial Alonso. Y el título del libro: Un humano cualquiera, me gustó, porque es como si dijera que en cada hombre hay un poeta, si trabajamos para alimentarlo.
Gracias, sigo leyéndote.
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