martes, 23 de septiembre de 2008

Rafael Mérida.Poesía Culta.

¡MADRE! "ORANDO. Te vi."

Con las manos hacia el cielo
formé una oración llorando,
una lágrima rodando
creó una flor ... cayó al suelo.

Flor aroma de universo,
la noche a todo color,
porque el perfume es, de amor,
solo así nació mi verso.

Tus besos son mi laguna;
es mi obsesión que declara
aceptación cual ninguna.

La noche formase clara
e iluminando a la luna ...
¡en el cielo, vi. tu cara! .

Mérida


Soneto: Tríptico a las Rosas
I
Rosa Silvia, campirana
bailas cuando duerme el río
toda cubierta en rocío
sabia, alegras la mañana

Intuí la primavera
donde tu imperio reposa
en sinfonía recelosa
a tu antojo y tu manera,

dibujé ese color tuyo,
tus tallos llené de besos
con los reflejos de armiño

grabé de ti, en el cocuyo,
en amusos y embelesos.
La rosa es amor... cariño.

II
Te entrego una rosa roja
para decirte que te amo,
para agradecerte, un ramo
con miel, brote de tu hoja.

Inocente blanca rosa
mi embriagante blanca amiga
tu vegetal trova obliga
cantar tu color en prosa.

Amarilla es, felicidad.
Rosada, de gratitud.
Crema, pureza, virtud.

expreso con sinceridad
Botón blanco es, juventud.
Siempre Azul es de salud.

III
Rosas son multicolores
iluminadas de son
de las rosas el blasón
para sorber los amores

Los rozados resplandores
en cada uno, una razón,
adornan con oración
a los glaucos ruiseñores.

Ven conmigo diosa azul
y tu tallo sobre la hierba
vestirá aroma de tul.

brote de verdor conserva
en rondas por el Pirúl
de la mano de Minerva.

Rafael Mérida Cruz-Lascano

Haiku: YO SOY...
I
Soy de la tierra
Con un corazón verde
Soy un maizal
II
Soy de la tierra
figuro libertad
Soy el Quetzal
III
Soy de la tierra
Hago surco en la vida
y soy la lluvia
IV
Soy de la tierra
mi madera si canta
soy la marimba


Musa: El Abrazo de las Musas

Quiero entonar un himno convincente
a la Troya, la del poder hipnótico,
con trompetas y Aulo sonoro, olímpico,
arrullando a los astros vanamente.

Que mi rapsoda sea un canto Homérico
a las novias de Dioses inmortales,
con Calíope, Clío, suenan los timbales
para iniciar el ouroboro histórico.

Con Epullión de Euterpe sobresales
papiro en mano nos ofreces Gloria,
enarbolando flauta de victoria;
con Terpsícore y Melpómene… sales
a Erato ceñir, con rosas sensuales;
El grande canto de Polimnia es mímica;
la de Talía es la cómica y biofílica,
Urania y Lesbos cantan a la luna
pues las musas traen en su pluma…
Rafael Mérida Cruz-Lascano


Musa, ARTE MAYOR.
“ELLA ME ESTÁ MIRANDO”

Noto Que alguien ingresa en mis sentidos
¡Volteo! y es una mujer preciosa,
deja ver su contorno caprichosa
y el caminar que altera mis latidos.

Muestra su risa de mujer dichosa
y me percaté que entraba la tarde;
le reluce... el brillo en sus ojos arde,
viste en negro, evocadora y hermosa.

Le abrí mi corazón sin más alarde
pues yo se que amar no es ningún delito,
me miró, la mire muy despacito,
le dije ¡Te amo! Pues no soy cobarde,
-El sol ya no tiene quien lo guarde-
Que de ahí son ellas, nadie se engaña…
las mujeres más bellas. Son de España.
¿Por qué? Si viéndola como una estrella
inquiero impertinente ¿Quién es ella?
“Es la muerte, alzando la guadaña”
Rafael Mérida Cruz-Lascano
Constellation de las Horas

--Una OCTAVA REAL y ocho sonetos.-

Amparito, enciendes presuntuosa
mi llama del amor, asta escondido
parece, la estrella , caprichosa,
alzando al sol en su propio nido;
riendo, beso tus labios de Diosa,
ingenua caricia de un sentido,
toco suave la cintura leve ...
oigo así, el amor ¡Que siempre tuve!


I DULCE ILUSIÓN
Amparito, enciendes presuntuosa,
la ilusión dulce de juventud,
divino hechizo, que en plenitud,
dentro de mi corazón, reposa

En el abrazo de un sentimiento,
que arrulla la dicha anticipada,
un suspiro tierno, en la escapada,
quiere eclipsar, mi albo pensamiento.

Eras mi resumen de universo
donde mi personalidad oía,
cantar a Orfeo, con un solo verso.

secretos míos ¡yo lo sabía!
Hesiodo imaginaba en reverso.
pues se que desde antes te quería.

II “Tú, ya eras mi destino”

Mi llama del amor, que escondido
en el pabilo de mis suspiros,
que junta a seres predestinados,
hasta que nacemos , de un latido.

Grande fue mi dicha al conocerte,
mi pecho feliz acobijaba
al cupido loco que esperaba,
flechar sagaz al sol , solo al verte.

Con dulce amor, enzarcé un rosario,
Amparito, eres tú, melodía
que con tu nombre forma un santuario.

Feliz realidad o fantasía:
Cómo esa mujer es mi sagrario…
¡antes de mirarla ... la quería!

III "Soñando despierto"

Parece la estrella caprichosa
que a paso breve -quedo- se acerca,
y con su mano, el sendero marca
puntos cardinales sigilosa.

Dije despierto que la soñaba,
ausculté su estatua, sus sentidos,
el cielo desborda sus latidos,
mientras castamente se insinuaba.

Invisible, el amor nos retrata
en la iglesia de Santa Lucía,
Testigo ciego, ella, yo profeta.

¡la besé con fe! -nada decía-
al mirar sus ojos... se delata.
antes de responder ...¡Me quería!





IV "Eres una estrella"

Alzando al sol, en su propio nido
el sol, ríe, juega, con estrellas.
corro, audaz tomo, cada una de ellas...
las otras en el mar se han perdido.

Tu púber rostro inspira al soneto,
cual cuerpo que inspira la pasión,
tu nombre, música de canción,
tu caminar, para el río un reto.

Verte reír es como oír la misa;
la transparencia de mediodía;
misterio que tu mirada oficia.

El reloj su corazón oía,
la pensativa joya que avisa
cariñosa, que ya me quería.

V Divina Petición

Riendo, beso tus labios de Diosa,
con néctar a Dios pido tu mano,
linfa cristalina, en galo trono,
castidad visible, olor de rosa.

En ti la primavera nació,
se llenó de luz la noche oscura,
de doncellas la más casta y pura,
cielo y mar, al rey estremeció.

Dos en uno la amada me arrastra,
y así nació, lo que ya existía
filosofía ella, mi maestra.

Hambre de encarnación padecía
desnudo el pensamiento demuestra,
que con amor ciego la quería.






VI Nuestra Ilusión

Ingenua caricia de un sentido
fruto, de compartida ilusión,
cielo que se baña de canción,
pues viene vestida de Cupido.

Nuestro amor, llenó la seguidilla,
y cada hijo es uno de sus versos,
esencia bendita con sus besos,
penetrando la noche sombrilla.

Fiel amante, amiga, casta esposa:
tu vientre preciosa trilogía;
sin egoísmo, sin celo, virtuosa.

Aldeanita hecha reina en un día,
cantando, me dijiste, "te quiero"
-yo no expresé nada- ¡Te quería!

VII "Yo te amo"

Toco suave, la cintura leve,
me conforta presionar tu talle,
el claro río que cruza el valle,
o un chopo que de su arroyo bebe.

Te amo, por sencilla, por sensible,
amo tu sonrisa franca errante,
amo tu constancia, tu horizonte,
tu gentil mano casta, invencible.

Te amo, porque tú nunca desmayas,
aunque sientas que nada varía,,
¡porque induces fe por donde vallas!

Infinito amor, que nos unía,
cubierto en cónclaves amarillas,
realidad: "Desde antes te quería"







VIII "Realidad"

Oigo así, el amor, “qué siempre tuve"
cual pájaro audaz en raudo vuelo,
que osa llegar, sin alas al cielo
y siente, tu amor, en una nube.

Tú eres linfa que apaga mi sed,
mi lira de silbos amorosos,
aroma los campos nemorosos,
verde hoja que vuela a su merced.

Hoy te adoro más, más que una hermana,
adoro hoyuelos en tu mejilla,
hipsípila, el crepé te engalana.

La vida su amor nunca varía,
sin ostentar, vanidad humana;
"Ella me quiere”... ¡Yo la quería!.
RAFAEL MÉRIDA CRUZ-LASCANO





Rafael Mérida Cruz-Lascano

Poesía Epistolar
CARTA A MARGARITA

A: Margarita Franco
Poetisa peruana
Perdón Margarita, hace tiempo que no te escribo
y no sé siquiera si ésta pueda ser respuesta,
recordé de repente mientras hacía la siesta
-van ya muchos años- que no platico contigo.

Ya muchos años de mi voluntario destierro
buscando que mi soledad me lleve a mí mismo,
y caminando solo, al salir del paroxismo
haladas mariposas me den paz en mi encierro.

Qué te diré ahora?
Que aún me ciega el brillo de tu carta,
En que me confías futuras dicciones,
Que añoras paz, sueño de millones
Y deseas que todo el mundo la comparta.

Te agradezco también sinceramente
tu regalo de excelentes instrucciones,
de sorber de otros poetas la luz de sus canciones
y esa raíz sea reflejada en mi propia frente.

Yo sé que mi prosa nunca ha sido florida
y que inmerecidamente yo me digo poeta,
mi vida loca ha sido siempre de ruleta
pero allí verás tú la historia de mi vida.

Hoy al encontrar tu poesía visual ¡OH suerte!
que había quedado dentro de un montón de historia
en un volcán de tiempo que saqué de mi memoria,
de años pasados –un parpadeo-… cuando la muerte.

Veo cómo tu honesta curiosidad se desata:
¿que pasó? Me preguntas no con indiferencia.
te responderé con justicia y conciencia
pero solamente, como lo hace un poeta.

Enlazando verbos y una a una cada sílaba
abriendo los ojos a la vida obsidiana,
enhebrando cada emoción temprana
y plasmar la agonía que de la pluma brotaba.

Vida… después de la muerte
I "Muerte
Un día tranquilo y tras la faena,
camino solitario y satisfecho,
voy rumbo al hogar pues honor he hecho
a mi himno... fuera de mística pena.

Entrada la noche y de la sombra,
un rayo de luz veo, y con el batallo,
a su trueno duermo en mortal desmayo
y al rodar -la banqueta- fue mi alfombra.

Me sumerjo en desgarrador instante
oyendo liras entre efluvia brisa
y una transparencia veo delante.

Se fue borrando, apagando mi riza,
ya sin plegarias, me abrazó la muerte,
aspiró profundo ... y se fue indecisa.

II Vida
¡Un disparo en el corazón! - ya es mío-
dice la muerte ... y vio que le cubrían
lo velaron, sollozaron, no dormían.
Pero no dejaron solo al cuerpo frío.

Los cuatro cirios no encendieron su luz
cuando el rígido cuerpo recibieron;
"ya falleció" dicen quienes le vieron,
que con ojos fijos, miraba la cruz.

Diecisiete días en capilla ardiente
y ¡vi de nuevo! la risa de los míos,
¿Si creo en los milagros?, no pregunte.

Con la calma imprecisa de los ríos,
ligera, leve, voluble, se siente
cómo a la vida, vuelvo, de mis desvíos.

¡Pero ya está bien! Siento, en esta noche galana
algo que aún no he dicho y que quiero decir,
en mis manos descansa el libro que acabo de abrir
y me permite conocer el alma peruana.

Quien dijo, que el alma del poeta no se comprende:
¡mintió! Yo a otros poetas un saludo envío,
no te rías, Margarita, esto no es desvarío
que a Ruiz de Castilla y Dania Blanes se extiende.

No oculto mi deseo de conocer sus versos
Y que de alegría llenen mi reposado existir,
Les escribo para que me puedan sentir
Y en este intercambio conozcan mis pasos.

No nace el ave –con plumas- para poder volar?
Será acaso justicia y razón negar la libertad?
¡ahora es común que muera el que dice verdad!
No es necesario para el sacrificio un altar? .

"POETAS PERUANOS"

José Santos Chocano, nació En la Aldea
con Oro de Indias y Sangre Americana
con café y tabaco y caña peruana,
y su Nostalgia canta al sol en donde sea.

Felipe Sassone, recuerda y canta
su pena en La Aventura que no fue,
la vida-dice- combatiendo pasé
y el morir luchando, ya no le espanta.

Cesar Vallejo, no muere. Lo niego;
iluminó Paris un jueves de Otoño
con Los heraldos negros, dijo Diego.

José María Eguren, Mágico Sueño
va con La niña de la lámpara azul,
Simbólicas, sombras, garúa de armiño

.Rafael Mérida Cruz-Lascano

"Retrato"


Mi nacimiento y primeros años fue tormentoque sólo el amor de madre sabe mitigar.Recuerdos vagos que tengo de mi amado hogar…la amplia casa, tres patios, la higuera y el pimiento.Entre jardines pasa mi niñez ¡-rememoro-!nostálgica alegría, el calor de la familia,el café de las cuatro y sombra de bugamvilia;fuente serena, en lustroso corredor, un loro.“Oh, juventud divina” los escolares díasde bulliciosos descansos del recreo alegre;cuando en navidades hacíamos el pesebrehincados, entre regocijantes melodías.Fui tocado por la piedad del mismo Dios vivoy esa vocación me llevó años al seminario,comprender, de cristo su agonía, su calvario,pero no fui escogido, el mundo me hizo cautivo.Ya el Señor me tenía dispuesto gran presente,morenito, delgado y lejos de ser hermoso,dispuso en mi camino al ser más cariñoso…la mujer que cambiaría el mundo, mi horizonte.Mi madre aun sufría ¡Mi padre había partido!Con humildad la nueva hija se ganó el cariñocon dificultad, tropiezos pero como un niño.Se comprendió que el hijo no se había perdido.Nació el primer nieto, cambió todo el panoramacapilla iluminada de espirituales velasde regocijo y contento llenó a las abuelasque presumen heredada raza, nueva rama.¡La familia crece! pasa el tiempo ufano, inerte,verdugo tirano, himnodas gregoriano coro,¡Juro! por haber escuchado el tropel sonoro,puedo hablar de “La vida después de la muerte”
llevé en mano un estandarte, símbolo de viajes,Después de pasar Centro América llegué a Méxicofueron muchos años toda una vida y es lógico,llegamos a USA y se cerraron los equipajes.Deberá agradecer de por vida al Soberano,debo pregonar, de la manera más sincera,cuidando mucho de la palabra lisonjeraque todo es de Dios, quién me transportó de la mano.He visto que el tiempo terreno, he despilfarradosolo quiero dejar “sueño de mi poseía”oigo canción profana, comprendo en mi agonía,que lo que he perdido, se, lo tengo bien ganado.
Rafael Mérida Cruz-Lascano.

Combinación estrófica escalonada
EPITAFIO
Mi vida fue siempre mansa y serena.

Nací, crecí, fui semilla, hoy presente…
es tiempo de completar éste enigma.

Jamás quise reconocer fracaso
ni recibir palabras de cariño…
para alivio de esa herida, esa llaga.

El Señor conmigo colmó de bueno
ya que me procuró una cruz liviana,
una ruta en el mar que nos hermana;
En el destierro que marco camino.

Porque al nacer mi calcio fue el romance,
por mis venas corren solo elegías,
diferentes ritmos, cadencias locas,
en los músculos las estrofas mías
broqueladas por sustanciales notas.

Respiro los sonetos clericales,
exhalo silvas, gratas, sorprendidas
con toda la alegría diseminadas
y mis ojos, cerúleos tropicales,
vocalizan las liras siderales
entre plantas de manía y caracoles

Los tañidos de sonora alegría
con los repiques de campanas de oro.
Solo me duele, y te pido… no quiero
hoy ya no pienso en el paso del día
ni del reloj “el tic tac” que da la hora.
no pretendo conversar del piélago
pues del mar muerto me registro naufrago .

Mi vida fue siempre mansa y serena
un milagro de Dios, ¡lo reconozco¡,
me dio por amor, la mujer más buena
prados y llanuras, y ¡lo agradezco!
Sólo tengo un adiós, para mi esposa:
Una rosa áurea que se llama Amparo,
Esforzada arquitecta de mí casa.
de ella tuve su amor, sin desamparo;

Doloroso es:
Sentirse de los hijos una carga
ser prisionero del propio destino
ser aislado en recorrido camino
ver como esa actitud es amarga.

Tengo, confesada, premiada calma.

Tu lágrima, es a mí a quién mas duele
en remanso del río, aguas danzarinas.

El ánfora mis olvidos vertía,
en sauces que abanican el recodo…
el cáliz de mi vida está vacía.

A diario elevo a Dios continuas preces,
sí alguna vez falté, se me perdone
en balanza final se me condone,
guía mi senda, Señor, como otras veces.

Cómo en el cementerio oscuro, capto
-las ánimas en su profundo estigio-,
de Loas, en alcándaro alegrijo
mi paso vacilante, para el rapto,
yo aturdido solo la veo impotente

Tengo, confesada, premiada calma,
calma viva de vida dolorida,
dolorida verdad de mi partida,
mi partida, que reubicará mi alma.
Con rondas de galantes dormilonas
en el sexo egoísta, que no perdonas.

De Dios agradezco en grande manera
la mano de mi madre, su consuelo;
asistencia de mi padre, el modelo;
el brazo de mi esposa, y compañera;
el amparo de flora primorosa.
presencia de los hijos, su confianza..
Lo único que mi caridad desborda,

Tengo también otro adiós sosegado
para la vida… mi amada traidora:
en la aclísia de mi tarde, de mi hora.
¡La muerte me beso, Ho, desventurado,
yo recé lloroso un avemaría!.
Ella se marcha, camina sonriente,
vagó sobre mis pasos vacilante
y yo aun cargo esa tea todavía.

Aroma de marandas perfumadas
al pié de altas acacias presumidas

Dicha enorme es:
recibir la bendición de mis padres,
ser, posiblemente, el hijo esperado
,
Considerarme el compañero amado
de muchos hijos ser progenitores.
dejar un libro, un árbol cultivado.

Que más quisiera en esta mi agonía,
a ustedes estrechar entre mis brazos
dar este corazón hecho pedazos.
por los hijos, con bárbara porfía.

Para mí la vida nunca fue carga
jamás aparté de la buena suerte
estoy en espera de la hora amarga
porque no tendrá ornamento de olvido
pues de nadie se apiada ya la muerte.

El alba ríe al saludo del manzano,
calígine abrazo, llorosos grillos,
esas filas de ahuhuetes sombríllos,
en búcaro, el lirio seco, lozano.
Destellos de epilépticas luciérnagas,
en la senda que muestra las fatigas…

Cuando llegue mi horizontal descanso,
emergiendo de nuevo un Mayo cuerdo
abriré el alma, veré mi destino
Paralizando a mi mayo divino,
Cual canora ave que eleva en recuerdo
himnos de alondras en viaje de ayeres.
ayeres de escolásticos deberes.

Sé, halagado, que el cuerpo estará ausente,
redivivo estaré, otra vez… no lerdo.
y las letras, serán vivo recuerdo.
Recuerdo vivo, sempiternamente,
lleno de nostálgicas transparencias,
con este epitafio, estas referencias.

Hic osa jacent Rafael (1938) ,
qui obiit -- el año 20??--

Rafael Mérida Cruzl-ascano
15 de Abril 2005

Ponto : mar
Alegrijo Bullicio
Alcándaro Percha
(en donde se paran las aves.)
Tea Antorcha
Estigio Infierno
Aclísia Oscuridad de la tarde
Ahuehuetes Árbol frondoso, cipreses
Calígine. Oscuro, nublado.
Marandas Planta del aromado Mirto
Del latín Aquí descansan los restos de
Rafael (1938), quien murió
en el año -- XXX --
Rafael Mérida Cruz-Lascano
15 de Abril 2005

Siempre hay un antes

Presiento en mi vida, el atardecer perezoso
la vela titila abandonada e irresponsablemente
sola, alumbrando al alba, el final del camino.
el insomnio le dice adiós a mi materia dejando
tras de sí el horizonte con el recuerdo de mi
propia caja lapidada.
Veo un pájaro y sé que antes fue pichón;
la flauta me recuerda la caña;
Veo a mi amada, pienso en el primer beso y
me recreo , al ver en mis hijos… su obra.

¿Quién soy ahora? ¡no importa!
Yo forjé mi destino
la memoria se arrastra peinando al obelisco del
pasado. ¡no importa quién soy! Lo único que sé es
“que soy poeta” incorregible, introvertido.

¿Qué hice antes? ¡no importa! Ahora vendo suspiros,
añorando un beso maternal; quizás un consejo paterno;
sentir a mis pies mi primer suelo ; o un abrazo fraterno;
una plática sin pretexto con el hermano.
¿En dónde estoy? ¡No importa! Yo tengo cuatro lunas y
un sol, vivo entre eclipses y poemas, en donde reclamo
las metáforas perdidas en la geométrica razón humana,
yo cavé una fosa inquieta , honda, pálida, y sin armonía.
Y allí… dejé con sangre fría la cadencia de fechas
acompañadas únicamente con el canto de los grillos,
Oxidadas por el olvido; el saludo con desdibujada sonrisa;
tu nombre con inmortal verso; el olvido que nunca es
temor; Dejaré allí el resplandor de cien estrellas para que
se vea con claridad que el árbol de la esperanza aun
echa flores color suspiro.
No se pueden obviar los años de la infancia, las ilusiones
juveniles, cuando las mentirillas se cubrían con un abrigo
de sonrisas inocentes.
Las caritas de las niñas que ahora son “Señoras”
La esquina de mi barrio, resurrección de entresueños,;
Las cantinas y bares en donde se esfumó mi vida;
No se pueden borrar los amores pasados, en donde
floreció la confesión, las caricias,
el cruce de palabras amorosas para luego
por traición ser soledad, lamento y melancolía,
en donde el celo abruma con insistencia vana.
No se puede borrar la impresión del apretón de
la mano amiga, si ese amigo es el hermano.
No se puede obviar de la epidermis la metamorfosis
Ni que de letra en letra nació el primer verso en prosa,
Ni que de verso a verso formé el primer poema,
Ni que sus paredes las pinte con matices de tinta-rima.

Me sumerjo en desgarrador instante
oyendo liras entre efluvia brisa
y una transparencia veo delante.

Se fue borrando, apagando mi riza,
ya sin plegarias, me abrazó la muerte,
aspiró profundo ... y se fue indecisa.-

Rafael Mérida Cruz-Lascano
Valley Glen CA USA

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