En aquellos tiempos
El hombre de cemento
Miró sus ojos
Asustó su
alma
Sus hálitos de incertidumbres
Y pesares confundieron
los propios
El hombre de cemento
La olió y tembló su
cuerpo
Cansado de razón
Presintió el presente
Como un recuerdo
La invitó a dormir
desnuda
Le recorrió un camino distinto
Y llegaron al mismo lugar
Con él durmió sin mañana
Como duermen las niñas
Amaneció en la paz
Del abrazo preferido
Ayer, al despertar
Llego al sitio indefensa
En estos tiempos
Solo hay permiso para sufrir
Por nuevas causas.
Queda esta vez
Con libertad
Para abrazar libremente
Repetir la emoción
De descubrir un corazón
Para compartir camino
Vivir el abrazo como
única ley
Que no admite un juicio
Jugar a jugar la vida
En perfecta conexión
De las almas
Cuando se presienten
El hombre de cemento
Jugaba a convertirla en
Casa con leyes libres
Al llegar la hora
De cerrar los ojos
Sin el hombre de cemento
Se dio cuenta
Que en la plaza de su
pueblo
Brillaba todo menos la
luna
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