No solo vino, sino olvido, echo
en la copa; y me alegro, que la dicha
ignorada es. Recordando
o previendo, ¿quién rie?
No la vida, sí el alma, de los brutos
consigamos, pensando; recogidos
al destino impalpable
que ni espera ni evoca.
Con mortal mano a mortal boca elevo
en fragil copa el pasajero vino
con ojos empañados
para dejar de ver.
Pessoa
Un corazón de nadie, fragmento 103
.
imagen propiedad del auto
Lisboa, octubre 2005
.
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