martes, 6 de enero de 2015

Pessoa. Reencuentro en Lisboa.




Escribir es olvidar.La literatura es la manera más agradable de ignorar la vida (*)


Fue en Oeiras, Parque de los Poetas, la última vez que nos vimos hace ya algunos años en 2005, un par de meses después del fallecimiento del poeta portugués Eugénio de Andrade, también presente en este parque temático.

Siempre especial y deseada, Lisboa es un corazón que nunca duerme, es un baile de calles y plazas, de cafés y librerías, de bares y comercios en las céntricas Rossio, Rúa Augusta, Praça do Comércio, y en Chiado, en la concurridísima Rua Garret, el sempiterno Pessoa nos vuelve a dar la bienvenida en la puerta misma del Café a Brasileira de visita obligada. Por cierto, Pessoa -don Fernando- y todos sus heterónimos gozan de buena salud. Tienen museo propio desde 1993, Casa Fernando Pessoa, pero es en Rúa Garret, en pleno Baixo Chiado, donde la gente espontánea y directa se le acerca, lo abraza y se retrata con él, incluso algunas chicas se le sientan encima para hacerse un selfie sobre las rodillas de tan insigne poeta.

Plena de contrastes, Lisboa es latido y multitud, una ciudad inquieta y luminosa, cosmopolita y provinciana, elegante y decadente con un exacto punto de melancolía,  todo ello conforman un simpar mosaico encorsetado al murmullo del Tajo, a sus fachadas revestidas de azulejos y a sus empedradas calles de pequeños e irregulares adoquines blancos y negros. Me encanta Lisboa y el impasible rostro  de los lisboetas, pero sobre todo me encanta esa triste canción de la noche cuando el fado irrumpe con su pena y su gloria, y en Alfama es entonces espíritu la carne, emoción y entusiasmo incontenido con la voz y la viola calándonos por dentro.

En estos días de Año Nuevo, a pesar de la humedad y el frío no llovió en Lisboa, pero por momentos algún dolor como agua sucia nos cortó las alas, y algunos huesos nuestros como angustiosos fados caminaban tristes soportando el aguacero.
 
Quizá, como Pessoa, escribo para olvidar.



(*)Libro del desasosiego. Fragmento.
Fernando Pessoa

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