martes, 17 de junio de 2014

CAMINO DE LA MUERTE

Aquí yace la soledad de un poeta urbano
y así será el epitafio de mi tumba,
me habré llevado los secretos
que siempre guardó mi alma en su eco mudo
cuando un corazón anacoreta,
absorbía la oscuridad de sus latidos.
Me he vestido de muerte
con la presunción de inocencia de la vida,
he hablado con mis lágrimas
he sentido el dolor de la rutina
le he escrito al amor con mis párpados
y he dejado que mi garganta
escriba sus propios versos.
Ya no me quedan fuerzas
ni para limpiar el sudor de las heridas
que viajan por mis venas con tristeza,
ya no me quedan fuerzas
ni para sentir la emoción de los suspiros,
que siempre durmieron boca arriba
para ver si le hablaban las estrellas.
Ya no me quedan fuerzas, no,
no me quedan fuerzas
porque ha muerto el poeta urbano.

José Manuel Acosta.

2 comentarios:

Jose Luis Diaz Diaz dijo...

Soledad y muerte,las dos me aterran,
pero más me duele,estar rodeado de gente y sentirme solo,esa yo creo que es la peor soledad.
Hablar y que no te escuchen.
La muerte,yo no es que tema a la muerte en si,yo a lo que temo,es que me consideren muerto,no estándolo.
Que me incineren,sin estar muerto.
O que me entierren y oir las paletadas,sin poder mover,ni un solo músculo,eso es lo que me aterra.
Es por eso que comparto contigo,todo lo que se refiere a la muerte y a la soledad,la cual has plasmado con tu sabiduría,de manera magistral.Un abrazo

José Manuel Acosta dijo...

Gracias José Luis, un abrazo sin soledad.