Es muy probable, y en este caso ocurre, que podamos llegar a conocer a una persona tan solo leyendo su obra. Es el caso de Mariano García, Marlo, que a través de su dilatada obra poética y más concretamente con este libro que hoy tengo por fin en mis manos, “Utopías heridas”, y que tenemos el honor de prologar, el poeta nos introduce en esa dimensión donde el hombre puede darse a los demás través del conjunto de caminos que aunque dispares convergen en sus pasos. Marlo es un hombre de persistente compromiso social, su obra poética transciende la luz e indaga en recovecos imposibles donde el esplendor de la naturaleza humana contrasta con la miseria que el propio individuo genera para sí mismo y para los demás. Mariano Garcia, Marlo, es tenaz y rotundo cuando afirma: "que la voz / siempre se quiebra en la derrota", y lo dice Marlo en voz baja, como si no quisiera molestar, tan solo advertir que "Ahora, que es tiempo de desacato, / quizá sea el momento / de la desobediencia, / de acabar con la mansedumbre, / observar las palmas de las manos y borrar las líneas / que nos designan como víctimas".
Siendo
el conjunto de su obra de marcado talante social, es la de Marlo, una poesía
reflexiva con la madurez suficiente para proyectar hacia los lectores un mundo
idílico, de personas iguales en una sociedad ajena a la violencia: "Prefiero reconocerme en el límite /
inminente de la presencia de unas manos / que aguardan el abrazo de las mías,
mientras los ojos se encuentran / alrededor del alma desnuda; o
simplemente en el deseo pensativo / de la amistad que, regalada, vuela libre /
evitando el insistente gesto de las estatuas".
Pero por este mismo motivo tampoco nos
sorprende su aislamiento hacia un mundo primario, donde, excluido de todo tipo
de ofuscación social, se nos muestra al Marlo vivo, intimista y profundo:
"no me dijeron que la juventud se
muere hacia dentro, / que las caricias algunas veces se hacen con las uñas, y
el otoño se desnuda cada año". O en uno de sus pródigos procesos
introspectivos, pleno de nostalgia Marlo nos señala uno de los lados menos
amable de la vida: "asumo mi papel /
de barco a la deriva, de memoria / que ha omitido el destino de ir muriendo /
cada día".
Su percepción de la realidad no es simple,
Marlo personaliza un deseo intenso donde el reencuentro con la armonía y la
belleza que da sentido a su vida estuviera siempre en constante espera:
"Aquí estoy, como si hubiera heredado / la noche".
Estoy
seguro que el lector hallará en los versos de “Utopías heridas”, un nuevo pretexto
para la reflexión y una invitación para afrontar la vida en pos de lo que
verdaderamente importa, pues como afirma el poeta: “Lo único verdadero, es la efímera luz
/ del alba, cuando entre el gozo y el sueño, / siento la fascinación de estar
vivo”.
Vuestro
en la poesía
Alonso de Molina
6 comentarios:
Gracias compañero por acercarte, enhorabuena por tu página que sigo desde este momento
Alonso de Molina
Me encanta la poesía. Es la primera vez que entro en tu blog y me ha gustado mucho y desde ahora lo seguiré.
Te invito también a visitar el mío, donde la poesía tiene también un sitio relevante y a seguirlo.
www.eldiaquefuimosdioses.blogspot.com
Un abrazo.
Gracias Francisco por invitar a tu blog, me paso de inmediato, te visito compañero!!
adm
Hola,
La poesía, una manera de sentir y decir lo que vivimos o sentimos o vemos...
SludOS
Saludos para ti Poseidon
adm
Estimado AMADEUS estamos cerrado el blog de poesía en los vertederos en el que colaboraste. El domingo nos reunimos y disfrutamos de toda la belleza que compartimos. Te mando este enlace casi final.
http://poesiaenlosvertederos.blogspot.com.es/2013/03/pensamientos-necios-para-torpes-felices.html
Si necesita contacto conmigo escribe a manuelferrero@gmail.com
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