VIVA EL TRABAJO, Y CON ÉL, EL OBRERO.
Como perlas que en torno a una minúscula piedra
por acúmulos de nácar van gestándose,
pero su corazón es siempre simple, roca sencilla.
Así es el trabajador que va creciendo,
con su trabajo accede a bienes materiales,
pero su corazón, como cantaba Felipe, no es de piedra
de iglesia, sino de canto rodado del camino.
De clase no se cambia, aunque uno crezca,
es como raza, piel, es como el músculo que
se repliega en la sístole y en diástole se ensancha.
La sangre obrera se expande por los ríos de sus venas,
el sudor generado en la tarea es el caldo en que germina.
La generosidad y la poesía, van tallando su rostro ciudadano.
Martillo, hoz y pluma, materiales que hacen la libertad futura,
Carlos Marx, en tu verbo, nace el obrero venidero.
Altos hornos tus textos, donde la letra hace al trabajo y al hombre.
Alejandra Menassa de Lucia
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