Viena es un crecido rostro cincelado a la historia.
Un guiño que sonríe esperando el regreso.
Un paso vacilante que regala abrazos.
Un poeta, tal vez, que tiembla en sus orillas.
Viena es un acento que se agita
como el latido de la tierra
que se propaga en cada hoja
y alguna flor nutriendo con su savia
el iniciado círculo de los amantes.
Viena son dos tortugas cubriéndose de fuego;
una ablución, un after, zapatos y quimeras,
un lápiz carmesí resaltando los labios.
Viena se alza en campanas y sueños
Un esqueleto iniciando a otro esqueleto,
un cactus, una vara de medir, una trampa,
y un tanteo de manzanas
que sin caer del árbol remontan a la vida.
Viena es la oración perpetua,
una lluvia enfrentada a la tierra
como un estigma que se busca a sí mismo.
Viena es el ritmo que mantiene
la raíz y la vida.
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© Texto e imagen propiedad del autor
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2 comentarios:
Hermosa mirada a esta ciudad nos dejas, Alonso.
Viena es uno de esos sitios que siempre he deseado visitar, espero que algún día sea posible.Gracias por acercármela un poquito.
Un beso
Ana
Una mirada poética que llena los sentidos.
Como siempre, tu voz, Alonso es excelente.
Besosssssssss
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