jueves, 2 de septiembre de 2010

Acantilado

El café estaba amargo,
el sol sofocante,
el alma perdida
buscando un reposo
decapitado.
No encontraría
aquello que perdió
y buscaba.
Al menos,
no lo encontraría
en el acantilado
de los recuerdos
.....................perdidos.

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