sábado, 10 de abril de 2010

Condena

"Andrómeda" (1896)
Gustave Doré


Alcánzame
al abordar el sueño
cuando la almohada es molde
y mi cuerpo arcilla,
porque adoro la palabra
que, a mis pies,
me devora.

Andrómeda soy.
Adviento sostenido
por la cadena translúcida
que me condena.

Laura Gómez Recas

7 comentarios:

José Antonio Fernández dijo...

Un poema que he releido y cuya lectura que le hago es que esa cadena que te condena, nos tiene encadenados a más de uno por eso esramos aquí, leyendo, escribiendo.
Muy buen poema.
Un fuerte abrazo.

Fernando dijo...

Laura, amiga, me gustan las metáforas que utilizas cuando, cansada,te acuestas. El molde de la almohada, la sensación de fatiga extrema del cuerpo, ahora arcilla. A veces, justamente en ese momento, nos asalta la pasión poética y no podemos liberarnos de esa continua, ahora cadena translúcida,ansiedad creativa. Quizás yo hubiese preferido utilizar esta palabra, ansiedad, en lugar de adviento, que es un término más apropiado para la liturgia cristiana. Excelente poema, Laura. Un abrazo cordial.

Alonso de Molina dijo...

las cadenas, Laura, están para romperlas, para ello quizá sea preciso conocer de sus eslabones el más débil. Por otro lado, amoldarse a la comodidad de la almohada, no deja de ser al cabo de todo un tolerado conformismo.

Tus letras repletas de poesía

un beso grande para ti
.

Laura Gómez Recas dijo...

José Antonio.
Feliz de que hasta aquí me sigas. :o) Pura vanidad es lo que levanta tu comentario.

Mil gracias por tu lectura.
Laura

Laura Gómez Recas dijo...

Fernando, es exacto. El momento del descanso, el más apeticido, roto por esa condena tan imperceptible.
Utilicé "adviento" por jugar con el significado del término. Pese a ser totalmente litúrgico, es el período que precede a la natividad. El nacimiento... es una palabra hermosa que deriva del adventus latino: la llegada. Es un período, al fin, de gestación. De ahí, su utilización en el poema.

Un beso grande,
Laura

Laura Gómez Recas dijo...

Alonso,
el eslabón más débil seguramente es el poema que nace.
El conformismo del descanso es humano.
En poesía, ese hilar palabras constante es una condena bella, tanto como el cuadro de Doré, donde el sufrimiento de Andrómeda se eleva a la categoría de eterna de la mera contemplación.

Te dejo un beso, por amigo, por poeta y por conciencia.
Laura

Mónica López Bordón dijo...

Querida LAura,

Magnífico como siempre. Una mujer fuerte.

muchos besos
Mónica