Se llevaron la “ll”
de todas mis llaves,
por eso no las encuentro;
con aves en mis manos
volé hasta otros sitios donde habitar,
donde la “ll” es inútil porque
no hay llantos, ni ellos o ellas,
ni llaves, ni huellas.
Se llevaron la "ll"
por eso olvidé llamarte;
y quedó, como fino cristal
el labrado, sonoro: “amarte”,
que perdura sin necesidad
de juicios, pruebas o edad.
Se llevaron la “ll” y olvidé llorar.
Ahora rezo como niña que cree
que Dios lo concede todo.
5 comentarios:
Me fascinan los poemas que hablan de las letras, de las palabras, como metáforas o literamente. Eso da igual. El juego está servido.
Un abrazo,
Laura
Gracias Laura, viniendo de ti es un honor tu comentario, te considero una poeta estupenda. Un beso.
Interesante reflexión respecto a la magia y el misterio del lenguaje. Me ha gustado. Gracias por compartirlo.
Un abrazo.
Gracias Antonio, que te guste mi poema me anima a seguir porque, como le comento a Laura, sois estupendos escritores. Un beso.
Este no lo conocía Reme... ¡me encantó!
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