jueves, 17 de diciembre de 2009

Intenté descubrirme en tu mirada




Como un tigre observo a mi presa y la persigo sin ojos.
Huelo el vaivén de sus pisadas
en tanto un hálito de mareas
sin razón ni justicia persigue mis razones.

Aun no sé cómo pude almacenar la vida en una piedra,
cómo de los escombros pudieron brotar hojas;
aún no sé
quién cuenta las monedas de la indiferencia,
quién persigue verdades a medias.

Pero uno es como es,
ni más regio ni menos persona;
me desconcierta caminar mirando bisojo.
Me asaltan en la noche temores y cuchillos,
como en un cuadro de Chagall: realismo y miedo;
Un poeta sombrío, sin abrazos ni añiles
en busca de unos dedos que aproximen sus nortes.

¿En cuántos vértigos retozan las emociones,
acaso no tuvimos una madre para llorar por nosotros?
Ni tan siquiera un coma que marcara las cartas.
Ni una estrella ni un grano de arena.
Ni un céntimo de amor en los bolsillos.
Perder, perder, perder….
Pateando los gérmenes, las semillas,
con la carne apagada y el corazón rendido.

Estos fueron los muros que anduvieron mis padres.
Algunos desconchones están marcados con geometría de sangre.

Sin madurar en mis principios, como un perro irritado,
Intenté descubrirme en tu mirada
-refulgentes anillos
descorrían las tardes traspasadas de azufre-


no puedo estar tranquilo
cuando es la madre quien lidera las angustias.



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-Un humano cualquiera
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imagen propiedad de http://www.enlabuhardilla.com/
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3 comentarios:

MiLaGroS dijo...

Un poema fuerte, desgarrador, y hermoso. Un abrazo

ELILUC dijo...

...con mucho sentimiento...
un abrazo

Laura Gómez Recas dijo...

Ofuscación. Me quedo algo in albis cuando me adentro entre estos versos. El desconcierto del poeta probablemente desconcierta sus versos.
Esa potencia que arrastra el poema, la he hecho estallar sobre el último verso. Duele.

Un beso, Alonso.
Laura