Nos goteó la luz sobre los párpados
la exacta imperfección de un sentimiento
incrustando en la piel un nuevo vértigo.
Me aturdía el silencio de su ansiosa mirada,
inmóvil,
la gélida emoción de sus impulsos
tras un seco horizonte sepultado en abismos
y tanta multitud, en esa soledad
que mora en sus costuras y en sus huesos,
detenía la inútil persistencia
del tacto de mi pulso creciente de ternuras.
A veces me adentraba en sus desiertos
deslizando el temblor que acrecienta su mar
y sofoca la sed de sus instintos.
A veces le seguía en su escapada
ciñendo con mis dedos
el exiguo fragmento de su fugaz entrega.
Dime, por qué fracasan los besos en sus ojos.
¿A qué inerte sendero le condujo
aquel frágil gemido de un instante?
Cayeron las escamas de sus manos
y ciegas las espinas rompieron la belleza
anudando el dolor a las arterias.
Dime, en qué gramática se deshojan sus labios.
¿ qué inicial de su noche fragmentó
mi verbo desnudado en su garganta?
Arañé la estrechez del impasible corazón que cuelga en su pecho
intentando llenarlo de emociones;
no fue posible y fuimos tan distintos…
.
© Ana Villalobos Carballo
la exacta imperfección de un sentimiento
incrustando en la piel un nuevo vértigo.
Me aturdía el silencio de su ansiosa mirada,
inmóvil,
la gélida emoción de sus impulsos
tras un seco horizonte sepultado en abismos
y tanta multitud, en esa soledad
que mora en sus costuras y en sus huesos,
detenía la inútil persistencia
del tacto de mi pulso creciente de ternuras.
A veces me adentraba en sus desiertos
deslizando el temblor que acrecienta su mar
y sofoca la sed de sus instintos.
A veces le seguía en su escapada
ciñendo con mis dedos
el exiguo fragmento de su fugaz entrega.
Dime, por qué fracasan los besos en sus ojos.
¿A qué inerte sendero le condujo
aquel frágil gemido de un instante?
Cayeron las escamas de sus manos
y ciegas las espinas rompieron la belleza
anudando el dolor a las arterias.
Dime, en qué gramática se deshojan sus labios.
¿ qué inicial de su noche fragmentó
mi verbo desnudado en su garganta?
Arañé la estrechez del impasible corazón que cuelga en su pecho
intentando llenarlo de emociones;
no fue posible y fuimos tan distintos…
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© Ana Villalobos Carballo
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8 comentarios:
Belíssimo poema que, sob o magnífico quadro de uma entrega fugaz, nos mostra toda a força de sua sensibilidade e talento.
Parabéns!
Frederico Salvo
ahh verborrea verborrea!! que bien todos mis YO te agradecen el viaje imaginario descriptivo por el que nos condujiste :D
"¿A qué inerte sendero le condujo
aquel frágil gemido de un instante?"
Ana, La primera vez que leo algo tuyo y me impctó cada uno de tus versos.
te felicito.
Abrazo
Gracias, Federico, por tu hermos comentario.Sólo emociones que una va dejando en el camino.
Un beso que te llegue al corazón
Ana
Ana, qué bien escrito... y qué bien descrito.
Hay interrogantes que ahogan el corazón.
Un abrazo,
Laura
Laterzapers0na, me alegro que todos tus YO hayan disfrutado con este viaje imaginario.
Un beso que te llegue al corazón
Ana
Gracias, M.Angel, me alegro que te haya gustado la lectura y espero que volvamos a leernos.
Un beso que te llegue al corazón
Ana
Es verdad, Laura, los interrogantes y los silencios terminan por ahogar el corazón y, en ocasiones, hasta acaban matando los sentimientos.
Un beso que te llegue al corazón
Ana
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