Escucho a Rosini en la voz de Carusso,
esta tarantella que se mete en la sangre
con su ritmo de yegua en pleno trote,
el mismo que le imprimen mis caderas
a tus desaforadas, floridas estaciones.
Mientras dejo que las galletas de chocolate,
el fruto del frondoso cacaotero,
alimento de dioses mayas de poderoso efecto afrodisíaco
-cuando se pronuncian sus sílabas en buena compañía-
se empapen en silencio en rico café expreso,
elixir de los monjes capuchinos
que sabían gozar de terrenos placeres, además de sus rezos.
Y ahora el logro de la ciencia culinaria que es el dulce de leche,
se derrama en el plato dejando el blanco tesoro de las ubres
de una búfala en celo: delicioso Mascarpone
manchado para siempre con el color canela de tu piel.
Copulan en el cuenco leche de glándulas nectarias de la argentina pampa,
con la destilación de preñadas búfalas de las llanuras italianas,
al son de mis muñecas poseídas por la tarantella,
y el trote del batir se hace galope al ritmo de Carusso.
Después de colocar las galletas empapadas, mujeres lúbricas
en el recipiente que las espera, las corono sin posibilidad de abdicación,
con el resultado canela de la cópula, y repitiendo dos veces el conjuro,
peino la cima de esta planicie conseguida de continentes hermanados:
la anciana y bella Europa y la creciente y pletórica vegetación americana.
Derramo el dulce que resta hasta cubrirla,
y hago que las nueces traviesas, pequeños cerebritos,
recorran superficies del perenne deseo acontecido entre cucharas.
Y te dejo que me digas que estoy para comerme,
te dejo que me llames bomboncito, y que me muerdas,
mientras el frigorífico atempera la mezcla,
que ambos devoraremos a nuestro despertar,
para saciar un hambre de otra índole.
Alejandra Menassa
esta tarantella que se mete en la sangre
con su ritmo de yegua en pleno trote,
el mismo que le imprimen mis caderas
a tus desaforadas, floridas estaciones.
Mientras dejo que las galletas de chocolate,
el fruto del frondoso cacaotero,
alimento de dioses mayas de poderoso efecto afrodisíaco
-cuando se pronuncian sus sílabas en buena compañía-
se empapen en silencio en rico café expreso,
elixir de los monjes capuchinos
que sabían gozar de terrenos placeres, además de sus rezos.
Y ahora el logro de la ciencia culinaria que es el dulce de leche,
se derrama en el plato dejando el blanco tesoro de las ubres
de una búfala en celo: delicioso Mascarpone
manchado para siempre con el color canela de tu piel.
Copulan en el cuenco leche de glándulas nectarias de la argentina pampa,
con la destilación de preñadas búfalas de las llanuras italianas,
al son de mis muñecas poseídas por la tarantella,
y el trote del batir se hace galope al ritmo de Carusso.
Después de colocar las galletas empapadas, mujeres lúbricas
en el recipiente que las espera, las corono sin posibilidad de abdicación,
con el resultado canela de la cópula, y repitiendo dos veces el conjuro,
peino la cima de esta planicie conseguida de continentes hermanados:
la anciana y bella Europa y la creciente y pletórica vegetación americana.
Derramo el dulce que resta hasta cubrirla,
y hago que las nueces traviesas, pequeños cerebritos,
recorran superficies del perenne deseo acontecido entre cucharas.
Y te dejo que me digas que estoy para comerme,
te dejo que me llames bomboncito, y que me muerdas,
mientras el frigorífico atempera la mezcla,
que ambos devoraremos a nuestro despertar,
para saciar un hambre de otra índole.
Alejandra Menassa
12 comentarios:
este es el mejor blog de recetas de cocina que visito en mucho tiempo, se sale de lo común
Gracias Santi, quedó apetitoso ¿verdad?.
Un beso.
Alejandra está lleno de magia,de imaginación,de gracia...
Esa divertido,originál..
Me ha gustado mucho¡¡¡
Y eso que no lo he probado...
Has hermanado dos países .
Es simpático.Ingenioso.
Como esos cerebritos.
Y un final tuyo.
Para dejar mejor sabor de boca.
Genial¡¡¡
Un gusto delirante
Beso dulce
Pues me he quedado "sin palabras!.Qué excelente lo has narrado....hasta pareciera sentir el aroma de la canela ...que me fascina. Cariños para tí y muchas gracias por permitirme compartir. Cariños de Mariana
me ha gustado el comentario de blog de recetas de cocina, si te animas Alejandra a ponernos unas recetas afrodisíacas yo pongo el ritual para beber mojito con tu pareja; el poema una pasado, sensual y hasta picarón: "Y te dejo que me digas que estoy para comerme,
te dejo que me llames bomboncito, y que me muerdas"
un aplauso
.
Gracias Leni, me divertí muchísimo escribiéndolo, por cierto, el postre está buenísimo de veras.
Un beso
Gracias Mariana.
El olor a canela: yo lo siento cada vez que lo nombro,
un saludo
Gracias Alonso, lo del mojito no lo sé, pero tengo algunas fórmulas para tomar tequila, jeje.
Un beso y gracias
Ale, yo no sé como es el del "mojito" pero sí sé como preparar "tía María" que por supuesto acompañaría muy bien esa receta tuya.
Besos!!
Hola Mónica, qué rico. Parece que la conversación se nos fue un poco por la cocina esta vez.
Besos
Yo tengo la boca hecha agua.
Estupendo poema, Alejandra. Originalidad pura. La tentación del paladar es tan amplia y su sensibilidad tan compleja que has construído un postre maravilloso con un sólo ingrediente: la literatura.
El final: la guinda.
Laura
Gracias Laura, me gusta eso del postre cuyo único ingrediente es la literatura.
Tú siempre tan precisa en los comentarios.
Un abrazo Laura.
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