Habrá que sentarse de nuevo
ante un buen vaso de cerveza,
desnudar sin vergüenza los versos
y volver a los poetas.
Ansiosas manos recorren
los signos
deshojando lentamente el poema,
ávidas de imágenes frescas y limpias
olvidadas en la herida del tiempo.
Algún dios antiguo y lejano
enlaza sus mentes soñolientas,
y les obliga a compartir sus ternuras,
lodo,
nostalgia
y miserias.
Un halo estremecedor y dulce
purifica y consagra la idea,
pero el tiempo, implacable
y certero
señala el fin de la tregua.
Los adioses se suceden
las últimas alondras vuelan,
y en la misma mesa de siempre
escribes en un cuaderno
con la tinta sangrando en la vena:
“Habrá que sentarse de nuevo
ante un buen vaso de cerveza,
desnudar sin vergüenza los versos
y volver a los poetas”.
Del libro inédito En el camino (1985)
.
.
2 comentarios:
y en nosotros sigue la esperanza, seguir leyéndonos
No hay que dejar que esos dioses maten los nuestros.
Quizas si se toman una cerveza juntos¡¡
¡Que buena forma de decir las cosas!!.
Un beso
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