.
Quizá fuera el olor de la aurora,
o el aroma a primavera
que endulzaba el aire.
O tal vez fue tu risa
que se instaló como costumbre
en mitad de mi cerebro.
Desde entonces las cosas
ya no son como antes,
cuando solía dormir en arena.
Un abanico ciego de luz
se abrió ante mis ojos
y la luna llenó el horizonte.
De aquello sólo queda tu voz,
la caricia temprana de la noche
y el deseo ardiente por volver.
.
6 comentarios:
Precioso paseo por la nostalgia.
"...cuando solía dormir sobre la arena...", este verso es una imagen sencillamente perfecta.
Un abrazo,
Laura
Me han parecido unos versos muy dulces.
Saludos.
Precioso poema, te hace viajar de verdad.
La luna llena.... gran compañera romántica que nos ayuda a plasmar nuestros sentimientos sobre el papel.
Un gusto haberte leído.
Me encantó el final. "El deseo ardiente por volver"...
Bss
Reminiscencias del ayer en un hoy que espera.
Luna llena y plena.
Hermoso.
Comparto con Laura ese verso.
Un antes y después.
Un abrazo
Publicar un comentario