viernes, 3 de abril de 2009

Afeva


Afeva

Soy un hombre que letárgico ha llorado
que ha llorado ásperamente en cada llanto
en cada lágrima.

He aprendido en la mágica pócima de la poesía
a disfrutar imágenes únicas del néctar de la belleza
viéndome así
a dar mi cariño en el límite del poema.

Pálida ausencia preguntándome de ti,
algo sabía…
presentimiento próximo de lo ya anunciado,
de encontrarte buscándome.


Qué fruta fantástica son tus pómulos.
Qué flama incendia tus fructíferos ojos.

Quién soy, quién eres
qué mortífera duda desciende
qué pronóstico habitan en las líneas del tacto.

De la flor clásica y póstuma
última página primera.
Surte un sentimiento sincrónico, luz que nos habla
en etéreo lenguaje cósmico.

Somos cómplices del mismo delirio
aún sin conocernos
compartimos el mismo espíritu.

Es el aroma el alma de la palabra
música que arde en la médula del ara.
Columna de sol,
costillas de luna.
Existimos unánimes
y vengo desde siempre.
—Es tiempo, recíbeme—.

1 comentario:

Leni dijo...

En la pócima de tu poesía se puede beber de tí mismo.
Personál e íntima.
"Existimos unánimes
y vengo desde siempre."..

Expones y te expones.
Me gusta.
( la foto también)
Un abrazo