Cuadro: desnudo estirado, de Fredéric Bazille
¿Qué me importan tu nombre
o el color de tus zapatos?
¿Qué me importan tu edad
o tus medallas?
¿Qué me importa la consistencia
de tus alas?
¿Qué me importan tu nombre
o el color de tus zapatos?
¿Qué me importan tu edad
o tus medallas?
¿Qué me importa la consistencia
de tus alas?
Si son sólo una excusa para amar.
8 comentarios:
Es cierto..
Cuando ya llegó el amor no importa nada.
Tan solo el amor que ya se siente ,sin importar nada.
Que bién lo has condesado Alerjandra.
Lo preciso no necesita de nada supérfluo..
Tu tienes una orquesta..¡¡
Y suena de maravilla.
Un beso grande
Gracias Leni.
Este poema no termina de gustarme del todo, pero lo publiqué porque hay algo que me gusta de él y es que prevalece la pasión sobre el objeto, que lo importante no es tanto a quien amas, sino amar.
Un beso
Me quedé pensando... pensando en tu respuesta, Alejandra. El poema me encantó, justamente porque sugiere la pasión despojada de las posibles máscaras, pero, después pensé: soy yo tan dada, como para no importarme a QUIÉN amo?, pero me refiero al amor de pareja...
Uy, ves? además del goce estético, me quedo hablando conmigo misma sobre estos temas que ponés.
Un abrazo grandísimo!
Hola Bibiana. Por su puesto, el amado termina siendo importante porque nosotros lo rodeamos con nuestra pasión, lo hacemos importante para nosotros. Pero nuevamente, lo que importa es la pasión. Amar nos hace libres, querer ser amados, nos encadena (perdón me entusiasmé, pongo un creo al final, para que no suene todo tan categórico).
Besos Bibiana
Alejandra, a mí me ha gustado mucho. Es limpio y directo. Lo que más me ha impactado, ha sido lo de la "excusa". Eso me ha hecho pensar. Se puede ir muy lejos dando vueltas a este poema.
Laura
Me pregunto: se necesita una excusa para amar, o se necesita amar para encontrar una excusa?
Gracias Laura. Excusa, pretexto, quería aludir a que en realidad siempre permanece inconsciente para nosotros el motivo por el cual amamos al otro.
Un abrazo
Hola Mónica: Creo que, quizás desgraciadamente, tendemos a justificar desde la razón todo lo que hacemos (ponerle pretextos, excusas, en lugar de aceptar nuestro deseo), y el amor como excusa fue utilizado (sobre todo por nosotras, las mujeres), durante siglos, el amor a la familia y al esposo nos excusaba para no crecer intelectual, laboral,creativamente, aún lo seguimos usando. Pero se pueden tener varios amores ¿no?, no es necesario ser de amores únicos: trabajo, hijos, marido, amigos, poesía, arte... (me dí cuenta que yo he puesto primero el trabajo, no debe ser casual, jeje)
Un beso Mónica, es agradable conversar con ustedes.
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