Ya son las doce en la era…
bajo el sol.
El puntal del campanario
reza estío en su garganta:
Tocan al Ángelus.
María, llena de gracia,
una más entre todas las mujeres,
se arrodilla sobre la parva.
Las manos son dos terrones,
manojos de arcilla y miés.
Los ojos, verde criba al desatino
que se derrama en la saya.
Su pecho, manjar de hombre
y despensa de su estirpe.
En la lumbre deja el puchero,
que el lamento será engullido
por el trillo o por la hoz.
En la alcoba dejó el hilo,
la cinta y la terneza,
porque en el campo, María
es macho y yunta en su envés.
Parióla mujer su madre,
una más entre todas las mujeres…
María… tu pelo brilla,
mujer… mujer por tres veces,
bajo la gracia del sol.
Laura Gómez Recas
http://www.lauragomezrecas.blogspot.com/
Imagen: "L'Angelus" (1860), Jean Francois Millet
Imagen: "L'Angelus" (1860), Jean Francois Millet
8 de marzo de 2009
Día de la Mujer Trabajadora
(Es decir, día de todas las mujeres)
Día de la Mujer Trabajadora
(Es decir, día de todas las mujeres)
6 comentarios:
María fuerza.
María hombre.
María roble.
María mujer.
Ojalá yo algún día pudiera manejar el vocabulario como tú.
María hembra.
Preciosooooooooooooooooo
Besos
"Las manos son dos terrones,
manojos de arcilla y miés."
Laura, me ha encantado esta imagen. Es un gran placer pasar por este hermoso homenaje
Un beso que te llegue al corazón
Ana
"Su pecho, manjar de hombre
y despensa de su estirpe", gracias Laura, el seno como metáfora de la mujer, como metáfora del don de alimento y del don de amor.
Bello, hermoso homenaje a todas las Marías, a todas las mujeres.
Un abrazo Laura y Féliz Día
el poema va creciendo hasta el cierre con unos versos que son todo un homenaje
María… tu pelo brilla,
mujer… mujer por tres veces,
bajo la gracia del sol
Feliz día Laura, un beso especial
María mujer, vida, todo. hermoso poema Laura.
mónica
Mil gracias a todos vosotros por entender este humilde homenaje a todas aquellas que nos precedieron en una España mayoritariamente campesina, hace tan sólo unos años, y que sufrieron una vida llena de privaciones, trabajo y sacrificio. Tanto, que hoy nos es difícil llegar a entenderlo.
Gracias también a mi abuela, que ayer cumlió 95 primaveras y que huyó de esa vida a la que vió atada a su madre, con una resolución digna de admiración.
Laura
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