Soy el pedazo que habrás de arrancarle a la noche
para seguir viviendo,
soy la letra diluida en el tintero, que pugna por salir,
soy esa risa fresca con que saludas la hoja nívea.
Soy tu tirana, tu apóstol, tu miseria y tu riqueza,
soy la mujer que le sobra a la poesía,
el último resto de la masacre,
la respiración entrecortada por el cuchillo.
Soy tu poeta y poeta es un ser que se transforma en cada verso,
soy la mirada, la voz, la última esclava de occidente,
esa repetición inmensurable: tinta en mis venas, tinta en los ojos,
tinta en la lengua.
Dame tu semen, poesía, dame tu soledad para extinguirla,
hazme nacer al poema desnuda, con mi equipaje de estremecimientos
hazme hijos: palabras como huecos, palabras que inauguran el silencio.
Te amo, poesía, y no hay remedio,
ni pócima, ni ungüento para sacarme de encima el sortilegio,
las horas en tu ausencia no son horas,
porque no estás para nombrarlas.
Soy poeta, si se puede ser eso.
La página desierta estira su mano blanca
y me estrangula los silencios.
Alejandra Menassa
http://alejandramenassa.blogspot.com
6 comentarios:
Maraviloso, Alejandra. ¿De dónde sacas esa fuerza? No es humana... quizás sea la poesía... Puede ser... :)
Un beso
"soy la mujer que le sobra a la poesía" renuncia a sí mismo en pos de la poesía, entrega y sometimiento, respeto y amor por la poesía (que a veces poco o nada tienen que ver con las letras que son mero instrumento del sentir del poeta).
Un beso Alejandra
.
Gracias Laura, seguro, la fuerza es de la poesía, sólo hay que someterse.
Un beso
Gracias Alonso, la precisión de tu lectura me conmueve.
Un abrazo
Una declaración in extremis hacía la poesia y lo que representa para tí.
"Te amo, poesía, y no hay remedio,.."
Lo resume todo.
Con la garra y el ímpetu que te caracteriza.
Muy buena la apreciación de Alonso.
Un beso linda
Gracias Leni.
Un abrazo
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