Cuadro: Danae. Courbet.
Mis músculos se tensan en doble espiral hacia el futuro,
ensayo un salto mortal alrededor de tu sexo.
me contoneo y bailo sobre tu cuerpo, melodías imposibles.
Soy una guitarra española en manos de un experto:
mi cintura de nácar, se quiebra entre tus dedos.
Arrancas los más delicados arpegios de mi alma.
No soy feliz, es más allá de la felicidad que busco,
es más allá del último de mis orgasmos,
más allá de los sonidos guturales de tu garganta enamorada.
Giro, peonza desbocada, giro y tu sexo me sostiene,
giro, heliotropo en la noche, y tu lengua sustenta
los arrebatados viajes nocturnos de mi boca.
ensayo un salto mortal alrededor de tu sexo.
me contoneo y bailo sobre tu cuerpo, melodías imposibles.
Soy una guitarra española en manos de un experto:
mi cintura de nácar, se quiebra entre tus dedos.
Arrancas los más delicados arpegios de mi alma.
No soy feliz, es más allá de la felicidad que busco,
es más allá del último de mis orgasmos,
más allá de los sonidos guturales de tu garganta enamorada.
Giro, peonza desbocada, giro y tu sexo me sostiene,
giro, heliotropo en la noche, y tu lengua sustenta
los arrebatados viajes nocturnos de mi boca.
No puedo con mis manos retener las caricias,
cuando nos separemos, cada uno se llevará su sexo a casa,
pero si cierro las piernas por las noches, te sentiré otra vez.
Te sentiré otra vez hasta perderme: mi goce es imposible,
mi aliento se deforma cuando es atravesado por tu aliento,
pierdo la memoria cada vez, cuando se trata de recordar el goce.
No sé si te necesito, pero te deseo, no sé si te amo,
pero espero encontrarme esta noche otra vez contigo entre las sábanas,
hay lugares recónditos de mi cuerpo, donde no puedo llegar sola.
Hay montañas que no puedo escalar,
precipicios por los que sólo tus movimientos me despeñan,
volcanes que únicamente distinguen tu saliva.
Ven: que esta cueva sólo reconoce tu voz,
dime ábrete sésamo, y no habrá llave que retenga tu orden,
y no habrá tesoros ni secretos que guardar.
Quedaré entre tus dedos como un fulgor plateado,
un diamantino extracto de astros sulfurosos.
¡Muéleme. Hazme polvo de estrellas!
10 comentarios:
Alejandra,
Nunca hubiese podido imaginar que el polvo estelar tuviese esa composición tan sublime.
Tórrido y cósmico poema.
Un abrazo,
AMADEUS
Qué bello es que la poesía exista. Poder decir esto en forma poética es como un milagro de la vida.
Un abrazo
Excelente escrito !!!bien cósmico
Un beso
Gracias por tu comentario estelar, un abrazo Amadeus.
Hola Ángeles.Es una gran generosidad decirlo cuando algo te gusta, no todo el mundo lo hace. Así que te lo agradezco.
Gracias Vivi.
Un abrazo.
Precios Alejandra.
Una bella metáfora.
En forma de brillo.
UN beso
incombustible Alejandra, versos que manifiestamente llevan la sensualidad instalada, acentuada en cada estrofa, en cada letra:
volcanes que únicamente distinguen tu saliva
grade tu inspiración Alejandra
boquiabierto, un abrazo
Gracias Leni. Un abrazo
Gracias Alonso, a tí te puedo decir que me gustaría rebelarme, y decir: no escribo más poemas eróticos, pero no puedo parar. Desde que publiqué mi primer y último libro de poesía erótica (La piel del deseo) me resulta imposible. Para mí está claro que son los temas los que eligen al poeta y no el poeta el que elige los temas, no hay manera de escapar.
En fin, mientras me divierto, la verdad.Un beso
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