martes, 10 de febrero de 2009




El petirrojo al fin

Mientras preparo bolso y gabardina
antes de enarbolarme a mi jornada,
perfumes de heliotropo o mandarina
libran en mí su procesión dorada.

Nacido el sol la fronda está encendida,
es un vergel de sueños el jardín.
El petirrojo al fin, la bienvenida
al reciente estallido del jazmín.

Ese pájaro en flor rubí proclama:
Ley de lo bello es su inasible fuga’,
y en vuelo –al viento- su esplendor derrama...

Mi pluma en su alegría se desliza,
ve el rocío temblar sobre la grama
en el rincón que el musgo treboliza.

4 comentarios:

Alonso de Molina dijo...

atreverse con la bestia de los catorce versos es todo un reto vedado para la mayoría, entre los que me encuentro, me atrevo a decir que lo haces con endecasílabos perfectos en su estructura y acento, el poema se lee con la naturalidad de un texto que de principio a fin es fluido con el valor añadido de la riqueza de vocabulario exhibida.

mi aplauso y un fuerte abrazo para ti
.

Alejandra Menassa dijo...

Buen soneto Paula.
Un abrazo

Paula Malugani dijo...

Gracias Alejandra por tu lectura, este soneto nació con sus rojas plumas en el Taller de poesía que tu coordinas, al que espero pronto volver. Un abrazo enorme, linda Alejandra.

Paula Malugani dijo...

Alonso de Molina, muchas gracias por tu trabajo de lectura, por trasmitirme ganas de insistir.
Hoy me planteo, que más que exhibirla, la riqueza de vocabulario, me gustaría dejarla transitar tranquilamente, tal vez una conquista por venir...
Fue de mucha ayuda, para grabar el rítmo del soneto a fuego, su particular jaula para volar, la lectura del genial poeta colombiano: Germán Pardo García.
Te dejo un abrazo fuerte, otra vez agradecida por tus palabras.