miércoles, 25 de febrero de 2009

Antonio Machado


El perfil de tu semblante, en sepia,
se adivina en la oscuridad
que invade el recuerdo.
Te observo desde la cama, tan extraño,
y, sin embargo, tu voz fue parte de mi germen,
la letra de tus versos, barro en mi conciencia
y mis noches, lechos blancos para tus poemas.

El perfil de tu cráneo, en sepia,
desconcierta mi mirada.
Tanto te he sentido, que no te reconozco
sin el trazo de la línea,
parida en verso
para distinguir la estela del camino
o la vetustez del olmo en la ribera.

Pareces ajeno, en sepia,
impávido viajero del destino
por los raíles del tiempo,
definido, en la pared
por el contorno de la fotografía.
Y, sin embargo, tus mariposas
volaron sobre soledades y campos de Castilla,
formulando un sortilegio con palabras sencillas
que elevó, en la terneza del alma,
ideogramas complejos.
Maestro con mayúsculas cruzadas,
héroe de mi adolescencia
desde una tumba de Francia.

No quiero hablarle a tu rostro, resuelto en sepia,
sino adorar la lectura del poema
mientras se traza la idea en primavera
sin fronteras, sin mordazas, sin la bala del destierro,
asesina del poeta.
Amo de ti lo que no veo,
aquello que trascendió a los días azules,
lo que de ti percibo sólo con el alma y el cerebro.

Laura Gómez Recas


4 comentarios:

Alonso de Molina dijo...

un gusto Laura leerte este esplendido poema homenaje que lleva en su color implícito el paso del tiempo

te mando un fuerte abrazo

Laura Gómez Recas dijo...

Alonso, es un poema abandonado. Escrito hace mucho ante una fotografía que pende de la pared de mi habitación en una casa de la sierra segoviana. Es el retrato en sepia de Machado. Yo, de adolescente era así de rara y en lugar de tener posters de cantantes pop, tenía a Machado en la pared...
El poema cojea, seguramente necesita un repaso concienzudo, pero me da pereza moverlo. Aún así, lo quise publicar por lo que es para mí: Mirando aquel retrato, me sorprendí de lo ajeno que era su rostro; sin embargo, su poesía estaba clavada en mi vida, ya de forma irremediable.

Leni dijo...

Precioso homenaje a un grande de las letras.
Incomprendido en su tiempo.
Nunca sus escritos tendrán el color sepia de lo antiguo.
Porque es presente y perdurará siempre.
Me gusta como has plasmado lo lejano del poeta y lo cercano de su poesia.

Un beso

Laura Gómez Recas dijo...

Muchas gracias, Leni.
Eso es lo que quería transmitir.
Un besazo.
Laura